El sable de luz es uno de los elementos más icónicos de Star Wars. Ese arma noble que durante mil generaciones fue un símbolo de la luz de los jedi y que todo fan ha soñado con tener alguna vez en sus manos. Su brillante hoja es proporcionada por el cristal kyber, la gema que se halla en el corazón de su empuñadura. Si bien este concepto ha existido incluso desde antes del estreno de Una Nueva Esperanza, cabe señalar que a lo largo de los años ha sufrido varias reinterpretaciones, especialmente en la última década.
Ya en el segundo borrador de Una Nueva Esperanza, escrito por George Lucas en 1975, se habló por primera vez de una gema llamada «cristal kiber», la cual servía como el McGuffin de la película. Su función iba a ser similar al del Anillo Único de El Señor de los Anillos: un objeto capaz de otorgar poderes extraordinarios, escondida en la granja de sus tíos, que el joven Luke Starkiller debía llevar devuelta con su padre para derrotar definitivamente al Imperio.
Si bien esta idea ya fue descartada en el cuarto borrador de la película, Lucas pensó en rescatarla para secuela. Según Cómo se hizo El Imperio Contraataca, sus primeras notas plantean la idea de que el sable de luz guarda un «cristal kiber» en su interior, siendo esta la primera vez que fueron ligados ambos elementos. Esta relación fue incorporada en productos del Universo Expandido, y dio el salto a la pantalla en la serie Star Wars: Clone Wars (2003). Unos años después, su heredera, la The Clone Wars de Filoni, se convirtió en el primer producto en identificar a los cristales de los sables de luz con el nombre de cristales kyber. El nuevo canon le ha dado un giro a este concepto y lo ha dotado de una mayor profundidad en los últimos años, por lo que merecen que dediquemos un rato a hablar sobre ellos.
Mucho más que un mineral
Los cristales kyber son un tipo de mineral que se puede encontrar en la corteza de algunos planetas terrestres como Ilum, Christophsis, Mygeeto, Jedha, Dantooine, Exegol y algunos mundos del Sistema Adega. Según afirma Galen Erso en la novela Catalizador, en la mayoría de los casos surgen a la superficie por la actividad sísmica de las fallas geológicas, y solo cuando una placa oceánica roza una continental. En tal caso, el movimiento debe ser horizontal. Cuando dicho fenómeno ocurre, los cristales suben a la superficie y atrapan impurezas y otros minerales en el camino, motivo por el cual se dice que los kyber se cultivan, no se minan.
Existen cristales de distintos tamaños. Los pequeños son más comunes y están en la superficie, incrustados en cuevas, arroyos, conductos de lava de volcanes antiguos. A veces también se encuentran dentro de vetas de kyberita pura, una especie de kyber falso. Los más grandes se encuentran en capas más profundas y pueden alcanzar una extensión de varios metros de longitud.
Los kyber destacan por sus increíbles propiedades físicas, muy superiores a las de cualquier otra gema. Son prácticamente indestructibles, siendo capaces de resistir temperaturas y presiones extremas. Esto los hace invulnerables al fuego y a cualquier tipo de estímulo físico. Es más, según los guardianes de los Whills, los kyber se encuentran en el corazón de algunas estrellas.
Las estrellas más fuertes tienen corazones de Kyber.
Chirrut îmwe
Sin embargo, los kyber son mucho más que un mineral. Erso describía su estructura interna como un puente entre lo orgánico y lo inorgánico. De hecho, la matriz del cristal kyber sin procesar muestra movimiento en su interior, como una especie de orgánulos. Por algo se los conoce como el “cristal viviente”. Más sorprendente aún es su intensa conexión con la fuerza viva, algo que ya llamó la atención de la Orden Jedi milenios antes de su caída.
Más allá de su vínculo con los Jedi, lo cual desarrollaremos más profundamente en los próximo apartados, los cristales pueden interactuar con cualquier tipo de ser viviente. Por ejemplo, Galen Erso llegó a la conclusión de que su comportamiento interno puede ser influenciado por las emociones de los seres a su alrededor, y algunos individuos podían ver afectados sus patrones de sueño debido a un contacto prolongado con los cristales. En la Ciudad Sagrada de Jedha también existía un edificio conocido como el Domo de la Liberación, un lugar cuyos espejos de kyber reflejaban aquello que sus visitantes necesitaban ver. En ocasiones, no mostraban nada, y en otras sacaban a la luz verdades de su interior, visiones del pasado o el futuro, de posibilidades aún no escritas por la fuerza en las cuales los peregrinos reflexionaban para desentrañar su verdadero significado.
Cristales kyber y los sables de luz
Los cristales kyber guardan una estrecha relación con los jedi al servir como el corazón de sus sables de luz, los cuales se han convertido en un símbolo de la orden prácticamente desde sus inicios. A nivel práctico, los jedi los usaban en ritos ceremoniales, para defenderse a sí mismos o a terceros de ataques enemigos, como guía en lugares con poca iluminación, para abrirse paso a través de prácticamente cualquier tipo de barrera y, en última instancia, como arma. Sin embargo, eran mucho más que una mera herramienta, pues cada individuo establecía una conexión muy íntima con su espada y, más concretamente, con su cristal.
En un punto avanzado de su etapa como iniciados, los jedi viajaban por primera vez a Ilum para participar en un ritual conocido como la reunión, en el cual cosechaban el cristal que daría vida a su sable de luz. Sin embargo, cabe resaltar que, en lugar de escoger ellos mismo al kyber, el kyber los escogía a ellos. Una vez se adentraban en la Cueva de los Cristales, los jóvenes se veían atraídos por una canción única que nadie más podía oír. Algunos la sentían incluso antes de entrar en la órbita del planeta. Pese a este profundo vínculo predeterminado, la cosecha del cristal no era una tarea fácil, pues los iniciados debían enfrentarse a sí mismos y poner a prueba su corazón en pos de acceder a ellos.
El cristal es el corazón de la espada. El corazón es el cristal del Jedi. El Jedi es el cristal de la Fuerza. La Fuerza es la espada del corazón. Todo está entrelazado: el cristal, la espada, el Jedi.
Luminara Unduli
Una vez cosechado su cristal, los iniciados debían construir sus sables alineando sus componentes mediante la puesta en práctica de sus habilidades telequinéticas. Todas las piezas necesarias para construir la empuñadura eran proporcionadas por el profesor Huyang, un droide arquitecto que a lo largo de 1000 generaciones acompañó a los jedi en el camino hasta forjar su propia espada.
Además del kyber, los sables de luz estaban formados por una célula energética, un aislador de la potencia inerte, circuitos moduladores de energía, un conjunto de lentes de enfoque, la matriz de emisión y el propio emisor. El proceso requería de la máxima concentración, pues la matriz de emisión no estaba en la orientación correcta, el sable se sobrecargaba al encenderse, dando lugar a una explosión devastadora que ponía en peligro a su portador.
Si bien la mayoría de los iniciados solían decantarse por construir un sable de luz simple, a medida que avanzaban en su entrenamiento podían cambiar a una variante rara en función de su estilo de combate. Las variantes más destacadas eran el sable de empuñadura curva, el shoto (un sable más pequeño), el sable de guardia cruzada (con dos aberturas perpendiculares que protegían la mano del usuario), el sable de fase dual (con dos cristales kyber que permiten cambiar la hoja de tamaño), el sable de doble hoja y su variante, el sable de doble hoja con bisagra, el sable de luz pica, y el látigo láser.
¡Extra! Un shoto es un sable de luz con una hoja más corta de lo normal que a menudo era utilizado por los practicantes del Jar’Kai como segunda arma. De esta forma no les restaba tanta agilidad en sus acrobacias, especialmente si empleaban el Ataru como estilo de combate. pic.twitter.com/ESqVU8hQMI
— WookieeNews (@WookieeNews) July 4, 2021
Pese a que el sable de luz puede penetrar casi cualquier superficie, existen algunos materiales inmunes a su hoja. Entre ellos se encuentran metales como el cortosis, el phrik, el beskar, el ultracromo y el neuranio, o los exoesqueletos de algunas criaturas como los caparazones de los orbaliskos y las escamas de la bestia zillo. Otros materiales manipulados con la alquimia sith o la magia de las Hermanas de la Noche también son capaces de resistirlas. Además, existe un tipo de mineral imitativo del kyber, los cristales kohlen, gemas muy similares y de color naranja que incluso podían dar energía a un sable de luz, aunque resultando en un haz menos potente. En la novela Maestro y Aprendiz, los Guardias de Negro de Pijal los usaron en sus escudos de energía, los cuales demostraron ser inmunes a las armas de los jedi.
Un vínculo profundo
Los cristales usados en la construcción de un sable de luz eran del tamaño de un pulgar e incoloros, y se mantenían así hasta que su propietario se sumergía en la profunda meditación mediante la cual lo ensamblaría junto al resto de componentes de la empuñadura. Entonces, el kyber adquiría una tonalidad distinta en función de la conexión con la fuerza de su propietario. Este color sería el mismo que adoptaría su sable de luz.
La naturaleza con la que un usuario conectaba con la Fuerza podía cambiar a lo largo de los años, de forma que el color de su cristal y, por ende, el de su sable, era dinámico. Asimismo, en caso de cosechar un nuevo cristal este no tenía porque adquirir el mismo color que el anterior. Buen ejemplo de ello lo encontramos en Cere Junda, cuyo sable era verde en los Jedi Fallen Order: el Templo Oscuro y azul en Star Wars Jedi: Survivor.
Algunos Jedi se especializaban en una técnica de combate conocida como jar’kai, caracterizada por el uso de dos sables de luz. La mayoría de sus practicantes se adentraban en ella ya en su etapa de padawan y viajaban de nuevo a Ilum para cosechar un segundo kyber, cuya hoja resultante no necesariamente debía ser del mismo color que la primera. Sin embargo, algunos individuos se especializaban en esta técnica como iniciados. Este fue el caso de la jedi Gella Natai, quien adquirió dos cristales kyber gemelos, los cuales guardaban una profunda conexión entre sí.
El cristal vivo
Buena prueba del carácter vivo de los kyber es su relación con los usuarios del lado oscuro, y es que los sables de luz de color rojo que los caracterizan solo se pueden obtener mediante la corrupción de su respectivo cristal. Para ello, el individuo debe usar su dolor e ira para imponer su voluntad sobre la de la gema. Al ser el lado oscuro una perversión de la Fuerza, el cristal intenta oponerse a este proceso emitiendo poderosas descargas de energía y provocando visiones en el individuo. En caso de que el usuario tenga éxito, el cristal entrará en un estado de agonía y adoptará un color carmesí.
Kylo Ren y Darth Vader corrompiendo el cristal kyber de su sable de luz mediante el lado oscuro. pic.twitter.com/d7S3VVsjzz
— WookieeNews (@WookieeNews) February 17, 2023
Este proceso, llamado hacer «sangrar» al cristal, fue descrito por primera vez en la serie de cómics Darth Vader (2017), a la cual le dedicamos su propio artículo, y más recientemente volvió a aparecer en el Star Wars Jedi: Survivor, esta vez llevado a cabo por Dagan Gera. Kylo Ren también sometió a su cristal kyber tras caer al lado oscuro en la miniserie El Ascenso de Kylo Ren. Sin embargo, debido a su conflicto interno, la gema se rompió y se volvió inestable, motivo por el cual el señor de la guerra se vio obligado a construir una empuñadura de guardia cruzada, cuyas aberturas disipaban el exceso de energía.
El sangrado del kyber es reversible, y un usuario de la Fuerza que se encuentre en paz con sus emociones puede purificar un cristal corrompido mediante una profunda meditación. Las gemas resultante de este proceso, así como la hoja de su respectivo sable de luz, adopta el blanco más puro. Este proceso fue descrito por primera vez en la novela Ahsoka, la cual muestra a la togruta purificando los cristales kyber del Sexto Hermano durante la construcción de sus nuevos sables de luz. En algún momento, la jedi Orla Jareni también purificó unos cristales kyber que usaría en su sable de doble hoja con bisagra.
Sables de luz en Legends
El cristal kyber como tal es original de The Clone Wars, la cual, hasta su sexta temporada, también forma parte de la cronología del Universo Expandido. Sin embargo, el concepto de que los sables de luz usasen una gema como fuente de energía se remonta mucho tiempo atrás. Eso sí, su concepción es bastante diferente respecto a la presentada en el canon actual.
La primera aparición de Ilum tuvo lugar en la novela Jedi Quest: Path to Truth, en la cual Anakin accedió a sus cuevas en pos de obtener el cristal para su sable de luz. De la misma forma que en la serie de Filoni, el proceso era considerado un ritual sagrado para los Jedi. El padawan que se adentraba en las cuevas sentía la llamada de su propio cristal, el cual guardaba una profunda conexión con la Fuerza.
Eso sí, todo esto perdía algo de misticismo si tenemos en cuenta que prácticamente cualquier tipo de gema podía servir como cristal de enfoque para el arma de los Jedi. En la novela El Ojo de la Mente, de 1978, Luke y Leia encontraron en Mimban una gema única, el Cristal Kaiburr, capaz de amplificar la conexión con la Fuerza de un individuo e incluso otorgaba propiedades curativas. Los fragmentos de esta gema también podían servir como fuente de energía para los sables de luz, dando lugar a una hoja más fuerte y eficiente, y serían usados por varios de los futuros estudiantes de Skywalker. En tiempos de la Antigua República también eran muy usados los cristales adeganos, muy similares a los de Ilum, pero más raros.
A parte de los cristales mencionados, podían usarse otros tipos de gema menos convencionales. Por ejemplo, según Jedi vs Sith: la guía esencial de la Fuerza, Cilghal empleó una Perla Soberana, un tipo de mineral original de los océanos de Mon Cala. También era posible usar una perla de un dragón krayt, así como diamantes o esmeraldas. En todos estos casos, la gema adquiría su conexión con la Fuerza durante la meditación llevada a cabo por el jedi en la construcción.
Al contrario que en el nuevo canon, en las historias de Legends se detallaba que el color de la hoja de los sables de luz venía dada por el de los propios cristales, por lo que se mantenía invariable independientemente de la naturaleza del oponente. Los provenientes de Ilum casi siempre eran azules o verdes, pero existía toda una gran variedad de colores en función del tipo y la procedencia de la gema. Por su parte, los cristales rojos usados por los sith solían ser sintéticos.
En La Senda Jedi también se menciona que muchos de los jedi adquirían un nuevo cristal una vez se convertían en caballeros, de forma que escogían el color de su sable de luz en función de su posición en la orden: los jedi guardianes, más especializados en técnicas de combate y que desempeñaban el papel de protectores de la República, solían usar un sable azul; los jedi consulares, centrados en la búsqueda de conocimiento y a menudo expertos en diplomacia, solían llevar un sable verde; los jedi centinelas, versátiles y con talentos más relacionados con el mundo cotidiano, solían llevar un sable amarillo.
Más allá del sable de luz
Su papel a la hora de generar el haz los sables de luz evidencia el gran potencial del kyber como fuente energética, lo cual se ha intentado explotar en distintos campos. Rebels demuestra que los cristales podían dar energía a otros tipos de arma como los blasters, lo cual explotó Ezra durante las dos primeras temporadas. En el cómic Darth Vader (2017) #9, Jocasta Nu usa una suerte de rifle custodiado por los jedi en la Cámara de Bogan. El sable de luz se debía introducir en dicha arma, cuyos disparos eran muchos más potentes que los de un blaster corriente.
Los jedi también usaban los kyber para almacenar conocimiento. Conocidos como cristales de memoria, en su interior retenían información de gran valor que solo podía leerse al introducirse en un holocrón. Uno de ellos, custodiado por el maestro Bolla Ropal, contenía una lista de niños sensibles a la Fuerza. Curiosamente, la primera vez que se usó el término «cristal kyber» en The Clone Wars fue para referirse a esta gema.
Superarmas de kyber
Como ya hemos dicho, existen cristales kyber de una gran variedad de tamaños. Los usados en los sables de luz apenas superan el de un pulgar y son capaces de generar un haz de energía capaz de penetrar casi cualquier superficie. Así pues, no es de extrañar que, desde tiempos de la Antigua República, varias facciones hayan intentado usar el inmenso poder de los cristales más grandes, para sus propios fines. Esto es lo que nos dice Yoda en el arco cancelado de Utapau en The Clone Wars:
De las historias de la antigüedad, este cristal viene. Hace mucho tiempo, en épocas olvidadas, cuando los sith y los jedi luchaban para controlar la galaxia, armas habían de un inimaginable poder. Siempre en su corazón, un cristal kyber había, igual que el que vosotros describís.
Yoda
En plena crisis separatista, los sith decidieron regresar a la senda del pasado y encargaron a los geonosianos el diseño de una nueva estación de combate masiva, cuyos planos fueron entregados a Darth Tyrannus durante la Batalla de Geonosis. Su maestro, Darth Sidious, recibió los planos en Coruscant y los puso en manos del Grupo de Armas Especiales de la República. Al frente del desarrollo del proyecto se encontraba el por entonces teniente comandante Orson Krennic, quien acudió al mayor experto en cristales kyber de la galaxia, su amigo, Galen Erso, para el diseño del arma de la estación.
Durante las Guerras Clon, Erso se encontraba trabajando con cristales sintéticos, investigando la forma de usar su potencial energético para suministrar energía de bajo coste a mundos poco desarrollados. Mientras ejercía su profesión con Industrias Zerpen, él y su mujer fueron secuestrados por una milicia separatista. Tras ser consciente de ello, Krennic ordenó su rescate, aunque no logró manipularlo para que trabajase para él hasta la época imperial.
Erso fue puesto al mando del Proyecto Energía celestial, bajo el cual continuó su investigación trabajando ahora con cristales kyber masivos. Su misión consistía en encontrar la forma de extraer el mayor rendimiento energético del mineral, mientras que los ingenieros de la División de Investigación en Armas Avanzadas trataban de replicar sus experimentos en pos de aprender a canalizar esa energía en un sistema de distribución que formase un haz de luz de poder destructivo.
El reputado científico realmente no era consciente de que Krennic estuviese intentando convertir su investigación en un arma, pues tenía entendido que su trabajo iba encaminado a suministrar energía a mundos afectados por la guerra. Cuando conoció la verdad, huyó junto a su familia, aunque años más tarde sería encontrado por el Imperio y se vería obligado a regresar forzadamente a su trabajo. En los años posteriores, él y sus compañeros de Eadu llevaron a buen puerto su investigación.
Al desarrollar a Galen Erso, un científico que fabricó un arma que en última instancia sería capaz de una destrucción inimaginable, consideramos a Robert Oppenheimer [científico y líder del Proyecto Manhattan] como fuente de inspiración.
Pablo Hidalgo en starwars.com
Como ya hemos comentado, los cristales kyber tratan de responder a los intentos de manipulación. Cuando se les administra energía por láser, la retienen, la amplifican y lo difractan de forma errática y descontrolada, lo cual los convierte en extremadamente peligrosos. Según nos cuenta en la novela Catalizador, Galen sospechaba que los cristales más grandes tenían que facetarse con ciertos grados de inclinación, no solo para eliminar oclusiones y vacuidades, si no también para minimizar la difracción resultante. Finalmente descubrió que, con el facetado adecuado, la energía liberada por un cristal podía amplificarse en gran medida. Con la ayuda de dispositivos contenedores, fue posible colimar toda esa energía en un haz increíble de poder.
Ese no fue el único hito del científico. Probablemente el rendimiento energético proporcionado por los cristales masivos con los que Erso solía trabajar no fuese suficiente como para generar un láser capaz de destruir un planeta. Según Rogue One: la guía visual definitiva, el Equipo de Investigación en Cristales Kyber logró solventar este problema hallando la forma de fusionar cristales más pequeños en especímenes de mayor tamaño. Gracias a todos estos hallazgos fue posible crear el superláser de la Estación de Batalla Orbital DS-1, más conocida como la Estrella de la Muerte.
El legado de la Estrella de la Muerte
La Primera Estrella de la Muerte fue destruida en la Batalla de Yavin y Galen Erso murió pocas semanas antes de dicho evento. Sin embargo, para entonces ya se estaba construyendo una réplica de mayor tamaño sobre la luna boscosa de Endor. Uno de los mundos más perjudicados como consecuencia de estos dos proyectos fue Ilum, el cual fue escarbado hasta el núcleo en pos de extraer cristales kyber. Tras la caída del Imperio, la Pimera Orden convirtió el planeta en una nueva superarma: la Base del Starkiller. Eso sí, en este caso la fuente de poder del superláser era obtenida al drenar la energía de estrellas.
Otra superarma, esta producidas a gran escala, fueron los destructores estelares de clase xyston usados por la Orden Final, cuyo superláser axial, capaz de destruir un planeta, también obtenía su poder de los cristales kyber. Según revela el cómic Darth Vader (2020) #11, Darth Sidious cosechó y corrompió grandes cantidades de este mineral procedentes de la corteza de Exegol, lugar donde se llevaba a cabo la construcción de los cruceros.
El destino del kyber
Antes de cerrar este repaso de los increíbles misterios de los cristales kyber vale la pena comentar un par de curiosidades relacionadas con la Orden Jedi. En los apartados previos ya hemos abordado la profunda conexión que guardaba un usuario con su propio cristal. Ahora bien, ¿qué ocurría con el sable de luz de los jedi tras su muerte? La respuesta a esta pregunta la encontramos en la Alta República, concretamente en la novela En la Oscuridad, la cual introduce el Arco de Kyber.
Se trataba de un monumento, ubicado en una de las salas de meditación del Templo Jedi de Coruscant, en el cual se depositaban los cristales de los jedi caídos en combate. El arco era grueso en la base, pero la curva más elevada se había dejado extremadamente estrecha para simbolizar los peligros a los que se habían enfrentado los caídos. Escalar y cruzar el Arco de Kyber era un ejercicio de meditación avanzado. Solo se enfrentaban a él aquellos que se sentían llamados a hacerlo por la Fuerza.
No sabemos qué ocurrió con el Arco tras la caída de la Orden Jedi, pero está claro que no recibió ningún cristal perteneciente a los miles de caballeros que murieron en la Orden 66. Pocas semanas después del fin de las Guerras Clon, Mas Amedda presidió una ceremonia frente al Palacio Imperial en la cual se quemaron varios sables de luz. Dicho acto casi acaba en tragedia, pues, al entrar en contacto con el fuego, los cristales generaron una potente explosión. Más tarde, el Imperio también llegó a usar los cristales de las espadas como pago. Por ejemplo, Krennic le entregó a Erso todo un maletín de ellos como incentivo para que se uniera al Proyecto Energía Celestial.
Más cristales kyber
Tal y como hemos analizado a lo largo de este artículo, los cristales kyber son un elemento clave que se encuentra detrás de algunos de los objetos más icónicos de la saga. Su trato en el canon actual les da un mayor grado de profundidad y misticismo, el cual se sigue expandiendo a medida que salen nuevos productos. Sin embargo, las distintas interpretaciones que han recibido lo largo de los años dan lugar a debates interesantes. Si te interesa saber más sobre este tema no te pierdas nuestro podcast dedicado a los cristales kyber.