‘Obi-Wan Kenobi’ episodios 1 y 2 curiosidades y guiños

El momento ha llegado. Tras muchos años de silencio y algún que otro bache en el camino, el gran Ewan McGregor ha vuelto a meterse en la piel del Maestro Jedi Obi-Wan Kenobi. Esta serie limitada de 6 partes empezó con un doble episodio que podemos afirmar que ha hecho las delicias de todos los fans de Star Wars. Y una vez más estamos aquí para desgranar todas las referencias y detalles que hemos visto.

¡Alerta Spoilers!

Distinta forma

Empezamos con el propio formato de estos dos episodios. Mientras que The Mandalorian y The Book of Boba Fett mantienen una misma estructura, Obi-Wan Kenobi la varia un poco. Abrimos con la mítica frase inicial «Hace mucho tiempo, en una Galaxia muy, muy lejana», presente en todas las películas de Star Wars estrenadas hasta la fecha. Además, cuenta a modo de introducción con un épico resumen de toda la Trilogía de Precuelas. Es obvio que esta serie busca parecerse a un episodio de la Saga Skywalker, como también se aprecia en los créditos finales con el fondo estrellado. Recordamos que este proyecto empezó como una película, un spin-off que se estrenaría en cines como lo fueron Rogue One y Han Solo. Que los episodios no tengan títulos propios si no que se llamen Parte I y Parte II refuerza esa impresión.

El Asedio

Al igual que en un recuerdo de nuestro querido Grogu, volvemos a ver el Asedio al Gran Templo Jedi de Coruscant desde un nuevo punto de vista. En esta ocasión vemos una lección dada a un grupo de aprendices Jedi, interrumpida por los soldados clon de la Legión 501º. Por segunda vez, estos atacantes que cumplían la Orden 66 son interpretados por actores reales, al contrario que en las Precuelas. De esta forma se puede apreciar mejor la dificultad de los Jedi para defenderse de los clones, que no paran de dispararles con sus carabinas blaster DC-15A. Los niños Jedi llegan a la gran bóveda central del Templo en su huida, cayendo su maestra llamada Minas Velti en ese instante. La actriz que hace de esa maestra es Ming Qiu, la doble de acción de Ming-Na Wen como Fennec Shand en las series. Ese mismo pasillo sería recorrido por Obi-Wan y Yoda cuando regresaron, encontrando cadáveres de niños, asesinados por una espada láser…

Los cazadores

Tras 10 años desde el fin de las Guerras Clon y el inicio de la Purga Jedi, apenas sobreviven unos pocos de los antiguos guardianes de la paz de la República. Uno de ellos, llamado Nari, es localizado por los inquisidores del Imperio en una cantina de Mos Eisley, en Tatooine. Para este desértico mundo sobran las presentaciones, así como para sus habitantes. Aunque Tatooine oficialmente no forma parte de los dominios del Emperador, esto no impide que sus siniestros agentes puedan pasearse como si nada por sus polvorientas calles. Los inquisidores del Imperio son servidores del Lado Oscuro y los Sith que se encargan de perseguir, capturar y eliminar a todos los Jedi supervivientes. Lo cierto es que Nari incluso lleva tatuado en su mano izquierda el emblema de la Orden Jedi, por lo que no está haciendo un gran esfuerzo por ocultarse.

El grupo de inquisidores que hace aparición en esta serie son el Gran Inquisidor, la Tercera Hermana, la Cuarta Hermana y el Quinto Hermano, siendo el primero el líder de la organización. Un buen detalle es que el Gran Inquisidor y el Quinto Hermano mantienen los mismos actores de doblaje que tuvieron en Rebels en la versión de España. La lanzadera en la que viajan es un modelo nunca antes visto, aunque sabemos que esta en concreto se llama Scythe (Guadaña).

Jedi en el exilio

Tras Ep.III, Obi-Wan se quedó a vivir en Tatooine, para esconderse del Imperio y velar por el hijo de Anakin, el pequeño Luke. Aunque una tarea encomiable, se trata de una vida dura y bastante miserable. El antaño maestro y alto general Jedi, se ve forzado a trabajar en el despiece de una extraña criatura que yace sobre el desierto, un purgill venido del espacio exterior. Al terminar regresa junto con el resto de los trabajadores a la población de Anchorhead. Él habita en una especie de gruta, con la única compañía de su fiel Eopi, que según la novela Kenobi de Legends se llamaba Rooh. Esa novela indicaba también que no siempre vivió en la choza de un risco en los Eriales de Jundland, una idea que se recupera al Canon. El juguete que le quiere regalar al pequeño Luke es la maqueta de un T-16 skyhopper, la misma con la que juega en Ep.IV, así que si pudo dársela al final.

Maqueta de un T-16 skyhopper
Obi-Wan y Luke con la maqueta de un T-16 skyhopper.

Entre los artefactos que aun conserva está un viejo holoproyector y los macrobinoculares Jedi que usó en The Clone Wars y en escenas eliminadas de Ep.II y III. Dentro de un cofre enterrado en el desierto, ocultó la espada láser de Anakin Skywalker que se llevó tras derrotarle en Mustafar y su propia espada. Y tal como le pidió el maestro Yoda, el ahora Ben trata de comunicarse con Qui-Gon Jinn, quien se hizo uno con la Fuerza. Ya en la novela de Ahsoka vimos como Obi-Wan tenía bastantes dificultades para ponerse en contacto con su antiguo maestro durante los primeros años de exilio debido a que, durante sus meditaciones, era asaltado por las mismas visiones que recibe durante este capítulo. Sin embargo, gracias a uno de los relatos de la antología Desde otro punto de vista, sabemos que Obi-Wan encontrará la forma de conectar con Qui-Gon.

El planeta de la belleza

Haciendo honor a su apodo, vuelve Alderaan en acción real, el mundo de la Princesa Leia Organa y futura víctima de la Estrella de la Muerte. Aprendemos más de la Familia Real de Alderaan, más conocida como la Casa de Organa. La Reina Breha Organa y su consorte Bail Prestor Organa gobiernan el planeta y todo el sector. A pesar de que Bail procedía de otra familia noble, adoptó el apellido de su esposa, sirviendo como Virrey, Primer Presidente y senador. La Casa Real cuenta con un nutrido grupo de sirvientes, como una niña imroosiana llamada Agira. Reciben en el Palacio Real de la ciudad capital Aldera la visita de los Duques Celly y Kayo Organa y de su hijo Niano Organa, primo de la princesa. La reina de Alderaan es interpretada por Simone Kessell, una actriz distinta a la del Ep.III. Su esposo Bail nuevamente es interpretado por Jimmy Smits (Ep. III y Rogue One).

Una Leia de 10 años vive su vida principesca en el hermoso planeta junto a su pequeño droide L0-LA59 apodada «Lola», cuyo diseño es una guiño a la película Batteries Not Included (Nuestros maravillosos aliados), de la cual Kathleen Kennedy fue productora en 1987. En un momento dado observa las naves espaciales que sobrevuelan el cielo. Menciona el caza estelar Tri-Ala S-91x Pegasus, un diseño fruto de una colaboración entre el fabricante de automóviles Porsche y Lucasfilm, como parte de la promoción de Ep. IX El Ascenso de Skywalker. En otras escenas también se aprecian de fondo las siluetas de corvetas corelianas CR90 y corvetas Cabeza de Martillo clase Sphyrna, muy usadas en Alderaan. Y por supuesto no podía faltar un cameo del dúo de droides más famoso de la Galaxia, los inimitables R2-D2 y C-3PO. Recordemos que, tras la muerte de Padmé Amidala y la caída de Anakin Skywalker, ambos droides pasaron a ser propiedad de la familia Organa, supervisados por el capitán Antilles.

Piratas y Rangers

Unas referencias muy interesantes en la conversación entre Bail y Leia son a los Rangers Aquillianos y los piratas de Merson. Estos Rangers solo aparecen en borradores de la primera película de Star Wars. Eran descritos como una fuerza paramilitar afiliada a la Alianza Rebelde que usaban espadas láser y poderes de la Fuerza. Incluso existe un arte conceptual de Ralph McQuarrie de un duelo de espadas láser entre un Ranger con Darth Vader. Posteriormente fueron eliminados de las siguientes versiones del guion pasando a ser miembros normales de la Rebelión. Los piratas de Merson aparecieron en la serie de comics clásica de Marvel y varias guías de referencia de los juegos de rol.

Un planeta de maleantes

La trama nos lleva a Daiyu, un mundo urbano en el que la ley brilla por su ausencia, con una estética basada en Hong Kong según los creadores. Es aquí donde unos secuestradores llevan a la Princesa Leia desde Alderaan. Este grupo de mercenarios es liderado por el humano Vect Nokru, cuenta con una mujer de la raza Falleen y otro mercenario de una especie reptiliana desconocida. Vect Nokru es el actor y músico Michael Peter Balzary más conocido como Flea, miembro fundador de la banda de funk rock Red Hot Chili Peppers. Y como ocurriera en Ep.II, al viejo maestro Jedi le vuelven a ofrecer drogas durante una misión. Lo singular es que la joven que le ofrece la especia, llamada Tetha Grig, es interpretada por Esther-Rose McGregor, la hija de Ewan McGregor. Luego entre los muchos cazarrecompensas que persiguen a nuestros protagonistas, distinguimos a un droide llamado 1-JAC, muy similar a otros droides cazarrecompensas como 4-LOM.

Y como un cameo muy especial, volvemos a contar con Temuera Morrison en la piel de un soldado clon de Jango Fett, el personaje al que dio vida originalmente. Es interesante ver que es un clon de la 501º la misma que asaltó el Templo Jedi, algunos de cuyos integrantes mató Obi-Wan cuando se infiltró junto con Yoda. Es normal que en este momento un antiguo soldado de la República se encuentre mendigando por la calle, pues el Imperio retiró del servicio a casi todos los clones poco después del fin de las Guerras Clon. Como se muestra en la serie The Bad Batch, a partir del proyecto Manto de Guerra las fuerzas militares imperiales se componen de soldados humanos reclutados.

Sin honor entre villanos

Como bien expresó George Lucas, las maneras de lo Sith son crueles, y es obvio que se extrapola a sus servidores. Los que hayan visto la serie de animación Star Wars Rebels habrán notado la posible contradicción con la presunta muerte del Gran Inquisidor en esta serie. En Rebels vimos como este ex-Jedi Pau’ano moría en el final de la primera temporada al ser derrotado en combate por el Jedi Kanan Jarrus. Puesto que ese hecho ocurre 5 años después de Obi-Wan Kenobi, de alguna forma tendrán que justificar que el Gran Inquisidor siga vivo en el futuro.

Por último el apoteósico final con la más sorprendente de las revelaciones hasta ahora, que nuestro protagonista ignoró durante 10 años que su antiguo aprendiz sigue vivo. Aunque dio por muerto a Anakin al final de Ep.III, que no supiera que seguía vivo en todo este tiempo es una muestra del gran aislamiento al que se sometió. Pero ahora, probablemente debido a que Obi-Wan tuvo que usar la Fuerza de nuevo y que a descubierto la verdad, maestro y aprendiz parece que han vuelto a conectar. Ahora, tendremos de vuelta una vez más a Darth Vader y esta vez con Hayden Christensen bajo el casco. La escena del Lord Sith sometiéndose a una de sus sesiones de curación en el tanque de bacta es algo que hemos visto en múltiples medios. En Rogue One lo presenciamos en su fortaleza de Mustafar, solo que era un Darth Vader simulado con un maniquí, no con un actor real como es el caso ahora.

¡Obi-Wan Kenobi #01 y #02: doble hilo!