The Mandalorian lo ha vuelto a hacer: ha conseguido darnos un final de temporada magistral y emocionante. Desde luego, esta es una de las mejores series en emisión de entre todas las existentes, y El Rescate vuelve a poner Star Wars en boca de todos. Como siempre, os recuerdo que podéis leer el análisis del capítulo anterior y, de paso, repasar todos los anteriores desde el inicio de la serie como siempre en WookieeNews.
¡Alerta Spoilers!
La escuadra
Como en el capítulo anterior, nuestro protagonista Din Djarin (Pedro Pascal) es acompañado por un nutrido y diverso equipo de fuego, que ha ido creciendo poco a poco. Está compuesto por el cazarrecompensas clonado Boba Fett (Temuera Morrison), la asesina Fennec Shand (Ming-Na Wen), la marshal Carasynthia Dune (Gina Carano), y nuevas incorporaciones, que son la guerrera Koska Reeves (Mercedes Varnado alias Sasha Banks) y la heredera de Mandalore Bo-Katan Kryce (Katee Sackhoff). Ciertamente, lo que distingue a cada uno de ellos es que se unen en un momento dado por una causa común, pero también tienen sus propias prioridades. Por suerte, la causa común ha sido rescatar a nuestro queridísimo niño, Grogu.
Y, como voluntario forzoso para esta misión, al principio del capítulo, se une el Doctor Pershing (Omid Abtahi), que además aporta una nueva nave al equipo. El doctor viaja en una lanzadera imperial T-4a clase Lambda, un modelo de transporte multipropósito muy común en el Imperio y que fue visto por primera vez en el Episodio VI. Observamos también que los pilotos de la Lambda no llevan el mismo uniforme que los pilotos de cazas TIE con su característico casco, si no que son pilotos de carga como Bodhi Rook en Rogue One. Esa nave hace equipo junto a la Esclavo I de Boba.
Además, en el planeta donde se encuentran con las mandalorianas, vemos que estas tienen un caza clase Kom’r, también conocido como caza estelar Guantelete, una nave de diseño mandaloriano que cumple las funciones tanto de caza como de transporte de tropas, como el Ala-U de la Alianza Rebelde. De hecho, había algunas de estas naves mandalorianas en la Flota Ciudadana liderada por Lando Calrissian en la Batalla de Exegol.
El Imperio pierde de nuevo
Finalmente, la acción ha llegado a la nave insignia del Moff Gideon (Giancarlo Esposito), un crucero ligero Imperial que, como he dicho anteriormente, es muy similar a los cruceros de mando de clase Arquitens vistos en la serie Star Wars Rebels. Digo similar y no igual porque en las series de animación nunca vimos que estos cruceros tuvieran tantos hangares y exclusas, e incluso da la impresión de que es más grande. Sin embargo, es normal que la transición de la animación a la acción real ocurran este tipo de ajustes y cambios.
Por fin podemos ver en acción a los soldados oscuros, un tipo de droide de combate imperial muy conocido en el Universo Expandido como dije en análisis anteriores. El detalle más importante que se ha revelado es que los de esta serie son de «Tercera Generación». Esto es claramente un guiño a la Fase III de los soldados oscuros, que es como se llamaba en Legends a la última y más poderosa versión de esos droides exoesqueléticos. Y también hay otro droide no tan peligroso paseando por las cubiertas del crucero: un droide de protocolo serie RA-7, un modelo de droide muy común en toda la Galaxia y en el Imperio en particular.
Sobre por qué el Moff Gideon quería la sangre de Grogu solo podemos especular, pero, por lo que se reveló en el capítulo 12, es por la fuerte conexión que tiene el Niño con la Fuerza. Los imperiales lo llaman nivel-M en la sangre, y todos los indicios apuntan a que esa letra significa midiclorianos, las formas de vida inteligente y microscópica que residen en las células de todos los seres vivos y que establecen una relación simbiótica con sus anfitriones. Son los midiclorianos los que permiten que los usuarios de la Fuerza puedan usarla, pues es la Fuerza la que se comunica con estos seres permitiendo a los individuos con suficiente sensibilidad poder usar los poderes que esta proporciona.
Juego de Tronos
La Espada Oscura, tal y como nos explican en este capítulo, es un símbolo de poder de Mandalore. Es una espada láser única en su clase diseñada y creada por Tarre Vizsla, el primer mandaloriano que se unió a la Orden Jedi. Para los que no lo recuerden, este sable ha ido cambiando de manos desde que fue introducido en The Clone Wars, desde Pre Vizsla hasta Bo-Katan Kryce, pasando por Darth Maul y Sabine Wren.
Por tanto, es muy importante para el futuro de Mandalore si es en serio que Bo-Katan quiere reconquistarlo y hacer que su pueblo vuelva del exilio. Claro que será un problema dirimir quien se sentará en el trono ahora que la espada pertenece legítimamente a Mando.
El Retorno del Jedi
Desde el principio de la temporada y a medida que iban estrenándose los capítulos, hemos podido comprobar que las sucesivas informaciones que publicamos de la serie se han ido cumpliendo una a una. Pero lo que ha pasado al final de todo es algo que nadie podría haber imaginado. Sí que se había especulado sobre si algún Jedi acabaría apareciendo, sobre todo desde que se le encargó a Din Djarin buscarlos. Nombres como Ahsoka Tano, Ezra Bridger o Cal Kestis sonaban como posibles candidatos. Resultó que nuestra togruta favorita, interpretada por Rosario Dawnson, fue la elegida para aparecer como la Jedi a la que nuestro Mandaloriano acudió en busca de ayuda, algo de lo que se había hablado desde hacía años.
Pero Ahsoka no ha sido la única. En su capítulo nos demostró que ella, a pesar de todo, no se considera una Jedi, o al menos no la indicada para adiestrar a alguien tan dotado como Grogu. Y el único Jedi que podría responder a la llamada en la Fuerza que se realizó en el capítulo 14 no podía ser otro que el Maestro Jedi Luke Skywalker.
Antes de nada, os recuerdo una vez más que The Mandalorian sucede unos 5 años después del Episodio VI y, por tanto, 25 años antes de los episodios VII y VIII. Es completamente normal que Luke luzca igual que en el final de la trilogía original, como se hizo en el flashback que sucede en el Episodio IX. De hecho, parece que en este capítulo han realizado algo parecido a lo que hicieron en El Ascenso de Skywalker, y han usado imágenes de archivo de El Retorno del Jedi junto a CGI para recrear la cara de un joven Luke Skywalker.
Recordemos que en Rogue One hicieron algo similar con el personaje del Gran Moff Tarkin, que fue interpretado por el ya fallecido Peter Cushing. La diferencia es que el actor que da vida a Luke Skywalker, Mark Hamill, sigue entre nosotros y, como bien indican los créditos, se ha vuelto a poner en la piel del Gran Maestro Jedi. Una vez más, le ha dado su voz, aunque también es obvio que usaron a un doble, en este caso a Max Lloyd Jones. Y como no podía ser de otra forma, Luke viene acompañado por el más que fiel R2-D2, el astrodroide que le ayuda a pilotar su mítico Ala-X Rojo V.
Final sorpresa
Y por último, pero no menos importante, es que este capítulo ha hecho algo inédito en la historia de los productos audiovisuales de Star Wars. En la Trilogía de Secuelas se usaron por primera vez los flashbacks, en Rogue One y Han Solo los rótulos que indican el lugar que vemos o los saltos temporales internos, y en Rebels y The Clone Wars se añadió en sus respectivos finales un epílogo. Pues The Mandalorian, en el final de su segunda temporada, ha sumado a la lista anterior los finales post-créditos.
Esta escena post-créditos nos traslada una vez más al desértico planeta de Tatooine y más concretamente al Palacio de Jabba el Hutt en el Mar de Dunas, que apareció por primera vez en el Episodio VI. La historia de ese palacio y su anterior dueño es interesante y bastante extensa. Aquí resumiremos diciendo que el Palacio fue la base de operaciones del señor del crimen Hutt más importante y poderoso de su tiempo, hasta que cometió el inmenso error de meterse con los Héroes de Yavin.
Sabemos que, tras la muerte de Jabba, varios de sus sirvientes siguieron vivieron durante unos meses en el Palacio a la espera de que viniera otro señor del crimen Hutt a ocupar el trono de Tatooine. Al ver que no venía nadie, acabaron marchándose todos y abandonando el lugar. Ahora sabemos que, 5 años después de esos hechos, el Palacio estaba bajo el control de Bib Fortuna, el que había sido el mayordomo y jefe de personal de Jabba durante décadas.
Este hombre de la especie twi’lek apareció por primera vez en el Episodio VI y también tuvo un cameo en el Epidodio I. Es interesante señalar que Bib Fortuna también sobrevivió a la muerte de Jabba en el antiguo Universo Expandido, aunque en un estado bastante precario, pero aun así empezó a reconstruir el imperio criminal de su antiguo amo. En este Canon, no ha tenido tanta suerte.
Sobre el anuncio sorpresa que hay tras esta escena, lo cierto es que a esta hora no podemos estar seguros de nada. The Book of Boba Fett bien podría ser una de esas nuevas series de acción real que se rumorea no anunciaron a propósito en el evento del Día del Inversor de Disney. O bien podría ser el nombre propio que le darán a la tercera temporada de The Mandalorian, en plan como si los 16 capítulos que hemos visto hasta ahora fueran otro libro. Hasta que se produzca el anuncio oficial no lo sabremos. Y nosotros estaremos estaremos ahí para informaros con toda presteza.
Y con esto terminamos. Nos vemos el año que viene con más mandalorianos. Hasta ese día, This is the Way.
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