Habemus Jedi. Así podríamos resumir este último capítulo de la serie que realmente está marcando, no solo a la comunidad de Star Wars, sino al público en general. Acertadamente titulado como La Jedi, se han cumplido muchos de los pronósticos que difundidos desde hacía meses. La inclusión de los míticos usuarios de la Fuerza en The Mandalorian puede traernos muchas más sorpresas en el futuro. Por ahora, vamos a repasar las novedades que tenemos y os recuerdo también que podéis leer el último análisis aquí.
¡Alerta Spoilers!
Deforestación
Empezamos con el lugar que es testigo de los impactantes sucesos que hemos visto. Tal y como nos indicaron, Corvus es un planeta boscoso y la ciudad que alberga se llama Calodan. Pero por las acciones de la persona que ahora dirige el planeta, sus árboles parecen muertos y sus bosques arrasados, incluso pueden verse los incendios desde el espacio. Esa tal Morgan Elsbeth está realizando, como magistrada de Corvus, el mismo trabajo que hizo para el Imperio Galáctico, arrasar planetas enteros con tal de extraer todos sus recursos. Es la fase final del proceso conocido como Imperialización y fue algo muy común por toda la Galaxia, sobre todo en mundos del Borde Exterior como Lothal. La propia Ahsoka Tano fue testigo de ello en el planeta rural Raada durante su exilio al final de las Guerras Clon, antes de unirse a la Rebelión. Lo más probable es que la lanza de acero beskar que posee Elsbeth provenga de los botines conseguidos por el Imperio en la Gran Purga de Mandalore, al igual que los lingotes que recibió Din Djarin al principio de la serie. El beskar además demuestra en este capítulo que es capaz de resistir los golpes de las espadas láser, que fue justo la razón por la que los Mandalorianos de antaño hicieron sus armaduras de ese material, algo que nunca cambió entre su pueblo.
En cuanto a los habitantes de Calodan, poco hay que decir. Es evidente que es un planeta colonizado por humanos, algo muy habitual. Por cierto, ya que mencionamos Lothal, en los callejones de esta ciudad podemos divisar a un Tooka, una especie de felinos presentes por toda la Galaxia, también conocidos como gatos de Lothal. Y también vemos caminando por la calle a un droide fundidor serie 8D, un modelo que vimos en el Episodio Vi actuando como un torturados para otros droides. Los guardias de Elsbeth están armados con fusiles blasters A-350, un modelo nunca visto antes. Aunque el nombre de estas armas sugiere alguna relación con los A-280, el conocido fusil blaster usado por la Alianza Rebelde y la Nueva República que pudimos ver en el capítulo 10. Esos fusiles fueron creados por Industrias BlasTech, la responsable del diseño y fabricación de algunos cañones para naves y de la inmensa mayoría de armas blaster de mano vistas en Star Wars, tanto en películas como series. Pertenecen a esa empresa grandes familias de armas, como la ya citada línea A, DC, DH, DL, DLT, E, EE, EL y SE. Algunos ejemplos serían los fusiles A-280C, A-300, DH-447, DLT-19D, DLT-20A, E-10R, E-11, EL-16, EL-16HFE, las carabinas DC-15S, EE-3 y EE-4 y las pistolas DC-17, DH-17, DL-21, DL-44, SE-14C y SE-14R.
Por último tenemos que fijarnos en los droides asesinos que sirven a la presunta imperial del capítulo. Que se llamen HK-87 nos indica que pertenecen a la también conocida serie de asesinos droides HK, que en el antiguo universo expandido era producida por la corporación Armas Czerka. Al igual que los droides de la serie IG, los HK servían como droides de combate avanzados, cumpliendo las funciones de protectores, asesinos, cazarrecompensas e incluso de gladiadores (la designación HK significa «Hunter Killer», es decir «Cazador Asesino»). El más famoso droide de esta serie es sin ninguna duda HK-47, que fue construido por el también famoso Revan durante la Antigua República y que conocimos en el videojuego KOTOR. En el caso de este modelo HK-87, hemos notado que su diseño parece estar inspirado en otro de los bocetos de arte conceptual del gran Ralph McQuarrie, el responsable de los diseños originales de Star Wars.
¿La Jedi?
Como ya he dicho, muchas de las cosas reveladas en este capítulo las habíamos anunciado con anterioridad. Ha quedado claro que el fandom tiene más influencia de lo que se piensa, pues durante mucho tiempo se pidió que la actriz Rosario Dawnson interpretara en acción real a la togruta más famosa de la Galaxia y así ha sido. Del mismo modo, se ha demostrado que habría una conexión tanto con el final de la serie de animación Star Wars Rebels como con su posible secuela que podría anunciarse muy pronto.
En cuanto a Ahsoka Tano, lo que más me ha sorprendido de este capítulo, es que no ha mencionado ni una sola vez su condición de no Jedi, tal y como ella misma se definió en el pasado. Pero tampoco afirma explícitamente ser una Jedi, la forma en que rechaza hacerse cargo de Grogu casi lo podemos interpretar como una sutil forma de trasladarnos el hecho de que ya no es una Jedi. La otra opción sería que en este momento de su vida Ahsoka ya no se considera más una «ciudadana». El tiempo lo dirá. Si queréis conocer más en profundidad su historia, podéis leerla aquí.
Un importante guiño al personaje de Ahsoka, que puede habérsele escapado a más de uno, es que aparece Morai. Cuando Mando está caminando por el bosque calcinado buscándola, en la rama de uno de los árboles está posado un animal que recuerda mucho a un búho. Se trata efectivamente de Morai, una especie de pájaro que siempre acompaña a Ahsoka allá donde va. Para los que no lo sepan, es un animal de una especie llamada convor, y esta en concreto es una representación espiritual de la Hija, aquel portador de la Fuerza que representaba al Lado Luminoso en el misterioso reino etéreo de Mortis, junto con el Padre y el Hijo. En The Clone Wars, Ahsoka, Anakin y Obi-Wan entraron en Mortis donde conocieron a esos tres seres, y en un momento dado tanto Ahsoka como la Hija fueron heridas de muerte por el Hijo, que había sido consumido por el Lado Oscuro. Pero entonces el Padre, que representaba el equilibrio de la Fuerza, indicó que el último aliento de vida de su Hija podría servir para devolverle la vida a la padawan. Con la ayuda de Anakin eso fue justo lo que pasó, Ahsoka resucitó gracias al sacrificio de aquel ser. Es por eso que Morai siempre está con Ahsoka, de alguna forma es la Hija, que la acompaña y vela por ella.
En cuanto al propósito de Ahsoka Tano en ese planeta, recordemos que lo último que supimos de ella fue en la serie Rebels, concretamente en el epílogo del episodio final. Presenciamos como Ahsoka se reunió en Lothal con la también mandaloriana y rebelde Sabine Wren para marcharse juntas del planeta. Por lo visto, tenían la intención de ir en busca de Ezra Bridger, el padawan Jedi protagonista de la serie que desapareció durante la batalla final por la liberación de su planeta natal Lothal del yugo al que el Imperio lo había sometido. Recordemos que a Lothal fue enviado el Gran Almirante Thrawn y que Ezra se las ingenió para expulsar a Thrawn de allí, pero él también tuvo que irse con el almirante chiss. Es por eso que Ahsoka podría estar buscando a Thrawn, porque si lo encuentra a él, podría encontrar a Ezra.
Se acabó decir Yoda chiquito
De la misma forma que previmos lo de Ahsoka, también se ha revelado el nombre de nuestro bebé favorito, algo que había anunciado uno de los directores de esta segunda temporada. Tendremos que acostumbrarnos a llamarlo Grogu a partir de ahora, pero en nuestros corazones siempre será Baby Yoda. En cuanto al trasfondo de este adorable personaje, lo que nos han contado podría suponer que Grogu era un Jedi iniciado, un «youngling». Esto es la primera etapa del adiestramiento que deben cumplir todos los Jedi, hasta que son sometidos a una prueba que determina quienes serán aprendices padawans. La propia Ahsoka dejó de ser aprendiz iniciada a los 14 años para convertirse en la padawan de Anakin Skywalker.
Aunque lo más interesante de todo es que ni Ahsoka parece saber algo de su especie, ni siquiera el nombre, lo que nos sugiere que este misterio que George Lucas estableció a propósito podría mantenerse aun más tiempo y a pesar de la serie. Recordemos que además del Gran Maestro Yoda, conocemos también a la maestra Yaddle, una mujer de la misma especie, que servió en el Alto Consejo Jedi años antes del estallido de las Guerras Clon. En Leyendas supimos de un par más, todos ellos miembros de la Orden Jedi durante la Antigua República.
El antiguo origen de los Jedi
Y hablando de la Antigua República, nos queda la última pero no menos importante aportación de esta serie. El planeta Tython es uno de los más importantes del Universo Expandido, o al menos lo era antes del reinicio y la llegada del Canon. Pero parece que eso va a cambiar.
Originalmente, Tython era el mundo donde la Orden Jedi vio la luz por primera vez, pues fue allí donde usuarios de la Fuerza de toda la Galaxia fueron conducidos por unas misteriosas naves, decenas de miles de años antes de la época de las películas. Esos usuarios crearon la Orden Je’daii, la precursora de la Orden Jedi, que también colonizó todos los planetas del sistema y construyó muchos templos y otras estructuras en el planeta. Cuando los Je’daii se disolvieron dejando paso a los Jedi, estos abandonaron Tython y por miles de años no pudieron regresar, hasta la época de la Gran Guerra Galáctica cuando redescubrieron el planeta que vio nacer a la Orden. De hecho, por el fin de esa guerra, los Jedi abandonaron Coruscant y el Gran Templo para establecerse una vez más en Tython.
En el Canon, hace bastante tiempo que se sabe que existe ese mundo. Pero por supuesto la información que se tiene es muy escasa. Conocemos que Tython es un planeta localizado en el Núcleo Profundo de la Galaxia y está envuelto por el misterio y los mitos. Algunos eruditos Jedi defendieron a Tython como la ubicación del primer templo de la Orden Jedi junto con otros candidatos, como Ahch-To, Coruscant, Jedha y Ossus. Aunque sabemos que fue Ahch-To el elegido para albergar el primer templo Jedi de la historia, eventualmente todos los planetas candidatos acabaron teniendo sus propios templos, incluido Tython.
El planeta tuvo su primera aparición en el cómic Doctora Aphra #40, en el que la ingeniosa y pícara arqueóloga engañó a Darth Vader y sus fuerzas imperiales, haciéndoles creer que Tython albergaba una base rebelde, cuando en realidad los rebeldes estaban en Hoth. Descubrimos en ese momento que al menos una parte del planeta está cubierta de hielo, el Glaciar de Hielo Meridional, y en ese lugar se encuentra algo llamado Martirio de las Lágrimas Heladas, una especie de santuario al que los antiguos Jedi acudían para confesar sus pecados a la Fuerza. Además estaba hecho con kyberita sólida, el mineral base del que proceden los cristales kyber, los que dan poder a las espadas láser.
Y antes de terminar quisiera señalar un par de guiños más, referidos a la banda sonora del capítulo. Como sabéis, el compositor de la serie Ludwig Göransson si se ha caracterizado por algo es por haber ideado una música totalmente original para The Mandalorian. Pero en este capítulo si que ha usado dos temas creados anteriormente. Son el Tema de Ahsoka, compuesto originalmente por Kevin Kinner para las series animadas The Clone Wars y Rebels, y el Tema de Yoda, realizado por el maestro John Williams para el Episodio V y que ha sido muy recurrente a lo largo de toda la saga.
Y con esto lo dejamos hasta la semana que viene, que promete estar cargada de sorpresas. Hasta entonces, que la Fuerza os acompañe.
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