Otra vez es viernes y, por tanto, tenemos que hablaros del nuevo capítulo de The Mandalorian, que en esta ocasión se titula Refugio. Este capítulo tiene una trama típica vista en muchos western y incluso en otras obras de Star Wars, y nos ha dado aclaraciones muy importantes. Empezamos el análisis.
¡Alerta Spoilers!
Esto me suena
Como he dicho al principio, la trama principal del capítulo puede considerarse un tópico del cine, sobre todo del género western. Ahí tenemos a Los siete magníficos que, a su vez, está basada en Los siete samuráis de Akira Kurosawa, cineasta en el que se inspiró el propio George Lucas para crear Star Wars. Además, un argumento muy parecido se vio en un episodio de la serie de animación The Clone Wars, concretamente en el episodio 17 de la temporada dos , Bounty Hunters. En ese episodio vimos como, para defender un pueblo de granjeros en el planeta Felucia de una banda de piratas, los Jedi tuvieron que hacer equipo con un equipo de cazarrecompensas contratados por los granjeros. Igualmente, los Jedi idearon como estrategia adiestrar a los granjeros para luchar.
Marco temporal
En los capítulos anteriores, vimos que no se produjo ningún salto temporal ni dentro de los capítulos ni entre ellos, que es lo más habitual en las series de televisión. Este empieza como los anteriores, enlaza directamente con el final del capítulo anterior. Sin embargo, la novedad es que al final se nos revela un salto temporal interno de «unas pocas semanas». Esto es importante, porque así pueden haberse sucedido cambios en aquellos que el Mandaloriano ha dejado atrás, como el Remanente Imperial, el Gremio de Cazarrecompensas y, especialmente, la Tribu, que, a estas alturas, habrá encontrado un nuevo refugio.
Detalles armamentísticos
Esta serie nos está dando un alarde muy diverso de armas bláster, algo natural teniendo en cuenta la profesión de muchos de los personajes. El mismo protagonista guarda un arsenal entero en su nave. De las armas vistas esta vez, podemos reconocer al menos una, que los jugadores de Star Wars Battlefront podrán reconocer. Se trata del fusil lanzagranadas Relby-v10 que el Mandaloriano entrega a Omera, la mujer viuda de la aldea con una puntería impresionante. También es el arma usada por el famoso cazarrecompensas trandoshano Bossk. Sobre el AT-ST, poco que añadir. Solo que ha sido personalizado por los bandidos Klatooinianos, tal y como se ve en los juguetes correspondientes.
Aliens y criaturas
Otra vez vemos un buen conjunto de distintas especies en el capítulo. Destacan sobre todo los Klatooinianos, que son estos bandidos que acosan a los aldeanos del planeta. El planeta natal de esta raza está situado en el Espacio Hutt, lo que implica que se encuentra bajo el gobierno del Clan Hutt. Y, al igual que los niktos y los weequays, suelen ser vistos como parte de los matones a sueldo de los Hutts, pues todos sus planetas de origen están sometidos por su sindicato criminal. Entre los animales, tenemos lo que podríamos considerar un guiño al mundo real, pues el Krill que los aldeanos recolectan es el mismo que conocemos nosotros, crustáceos que forman parte del zooplancton o plancton animal. Había sido mencionado en la guía visual Star Wars: The Visual Encyclopedia. Y, lo más interesante, vemos a un Tooka, un animal inspirado en los gatos, que de hecho tiene una subespecie muy conocida llamada gatos de Lothal. De los Tookas se sabe que están extendidos por toda la Galaxia. Los conocemos sobre todo de The Clone Wars y Rebels. Solo un detalle más, y es que el cazarrecompensas del final es un kubaziano, igual que el barquero del planeta helado del primer capítulo.
La Tribu
Este episodio nos ha desvelado más de lo que se podría entrever en un principio. Antes de nada, recordar un concepto muy importante. ¿Qué es un mandaloriano? Pues bien, en el Canon, hasta ahora, era todo aquel nacido en cualquiera de los planetas del Espacio Mandaloriano, entre los cuales está el mismo Mandalore. También podría considerarse como tal a aquel cuya familia o clan sea de Mandalorianos aunque haya nacido en otro lugar. Luego, dentro de los que puedan ostentar el gentilicio, hay mucha variedad. Tradicionalmente, se ha considerado mandaloriano sobre todo a sus guerreros, aunque sabemos que no todos tienen que serlo. Y, obviamente, a todos los integrantes de distintos grupos y facciones que, con sus matices, se forman con guerreros provenientes de cualquier clan, como la Guardia de la Muerte y los Protectores.
En Legends había otra posibilidad de ser mandaloriano. Podría serlo todo aquel que siguiera los principios, la cultura y el código de ese pueblo guerrero, y, sobre todo, que guardará lealtad a algún líder que sí se considerara mandaloriano de origen. Esto fue así sobre todo en las Guerras Mandalorianas, cuando la necesidad de conseguir reclutar para sus filas abrió la puertas a cualquier individuo que se comprometiera con su causa. Incluso hubo un grupo de Jedis que se pasaron al bando de Mandalore, siendo conocidos entonces como Caballeros Mandalorianos. Llevaban la característica armadura pero seguían usando sus espadas láser y la Fuerza.
Ahora nos parecen confirmar que en Canon este concepto se recupera, o al menos lo aplica este grupo que se hace llamar la Tribu, ya que parece que engrosan sus efectivos con huérfanos que puedan acoger en cualquier lugar. Obviamente, en este grupo hay también mandalorianos de nacimiento, pero está claro que permiten que cualquiera que siga a rajatabla su modo de vida se considere un igual entre ellos. Este nuevo grupo, la Tribu, no sabría decir si ya existía antes o después del alzamiento del Imperio, aunque apostaría a que ya existía de antes y que su aparente aislamiento les ha permitido sobrevivir a la Gran Purga. Pero este punto es muy especulativo y lo cierto es que hay otras posibilidades.
Como un guiño más, esa prohibición de quitarse sus cascos en frente de cualquier otra persona es similar a la ley que rige en los Tusken de Tatooine. Ellos también tienen prohibido quitarse sus máscaras en público y mucho menos delante de forasteros. Los únicos que han visto el verdadero rostro de los Moradores de las Arenas son las comadronas que asisten los partos y que se encargan de cubrir el rostro de los recién nacidos, y, en teoría, las parejas también pueden revelar sus rostros siempre y cuando sea en la intimidad. Por tanto, los Tusken ni siquiera saben como es la cara de sus hijos.
Nos vemos la próxima semana. Y recordad siempre, Este es el Camino.
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