‘The Bad Batch’: #1×10 “Common Ground” curiosidades y guiños

Bienvenidos una semana más a nuestro análisis del último episodio de The Bad Batch, titulado Puntos en común. Como el mismo título sugiere, en esta ocasión el tema que plantea la historia es el interés común. Veremos si la expresión el enemigo de mi enemigo es mi amigo se cumple.

¡Alerta Spoilers!

Capital separatista

Tal y como vimos en el episodio de The Clone Wars 3×10 Héroes en ambos bandos, el planeta Raxus era la capital de la Confederación de Sistemas Independientes (CSI), la Alianza Separatista que se alzó en armas en contra de la República Galáctica. Albergaba la sede del Senado donde se reunían los representantes de los sistemas estelares que se unieron al Conde Dooku cuando estalló la Guerra Clon. El edificio de ese Senado es el que vemos al inicio de este episodio. Aunque en teoría era este Congreso Separatista el que tenía las riendas del gobierno, en realidad estaban controlados por los Sith, a través del propio Dooku y el Consejo Separatista. Recordemos que las Guerras Clon fueron una falsa guerra con el objetivo de destruir la Orden Jedi y restaurar el Imperio de los Sith. Pero la mayoría de los separatistas lo ignoraban y realmente creían en su causa de acabar con la corrupción de la República.

Este mundo también es conocido como Raxus Secundus, pues en el mismo sistema estelar hay otro planeta llamado Raxus Prime. No sabemos mucho el otro Raxus, pero en Legends ese caracterizaba como un planeta cubierto de basura, como Bracca o Lotho Menor. El sistema Raxus está ubicado en la Antigua y Honorable Unión de la Hegemonía Tion, también llamada sector Caluula, situado en el homónimo Cúmulo de Tion. En Legends esta zona de la Galaxia fue relevante en los remotos tiempos de la Antigua República.

Represión imperial

Los primeros en sentir el frío e implacable puño de hierro fueron los sistemas estelares que se alinearon con la CSI durante la guerra. Con la desactivación de casi todo el ejército droide, estos mundos quedaron indefensos ante la ocupación del ejército imperial, que se desplegó para asegurar su control. El Imperio suele intentar que los líderes locales de los mundos que conquista les juren lealtad para controlar mejor a la población. Y si esto no resulta, no tienen ningún reparo en acabar con aquellos valientes que no se arrodillan. Para ello no dudan en usar sus tropas, los cazas estelares Ala-V y los caminantes blindados AT-TE. Este es el caso del senador Avi Singh, que probablemente será sustituido por alguien más proclive a obedecer o directamente por un oficial imperial.

En cuando a su fiel droide GS-8, es un droide de protocolo RA-7 de Industrias Arakyd, un modelo muy usado en Star Wars pues ha aparecido desde la primera película. También es llamado «droide insecto» por sus grandes y característicos fotorreceptores. Han tenido múltiples apariciones pues sirven para muchas tareas como el análisis, inventario, espionaje o protocolo. Por el contrario, la capitán imperial Bragg trae una unidad de interrogación IT-O, un droide diseñado por el Departamento Imperial de Investigación Militar con la misión de torturar a los prisioneros, como fue el caso de la Princesa Leia.

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