Teoría: Ahsoka, Peridea y el destino de la galaxia

La obsesión de Filoni con la mitología germánica y, más concretamente, con los lobos, no es ningún secreto para nadie. No procederemos a enumerar las referencias a estos animales que se han ido sucediendo en todos los proyectos en los que el director ha metido mano. De hacer tal cosa os aburriríamos antes de entrar en la verdadera sustancia del artículo. Un artículo que, por otro lado, puede contener spoilers.

En cualquier caso, es difícil definir la temática concreta del artículo. ¿De qué hablaremos? De entrada, del ur-Kittât, el idioma sith. O de su versión adaptada, legible y sustituible por el inglés, como el aurebesh. Hablaremos también de mitología germánica. Un poco, al menos. Ninguno de los dos somos expertos en esta cuestión. Y hablaremos también, aunque sea muy brevemente, de la Materia de Bretaña. Del ciclo de leyendas artúricas, hablando en plata. ¿Por qué? Pues tampoco tenemos una respuesta concreta para esta pregunta. Pero uniendo puntos y enlazando con algunas teorías, tal vez (y solo tal vez) podemos apuntar al sentido narrativo general de la serie «Ahsoka», que es, indiscutiblemente, el punto central del artículo. Así, sin más dilación ni contexto, vayamos a ello. 

Peridea, la polilla y el roble

Llegados a este punto, no creemos sorprender a nadie cuando afirmamos que la comunidad se ha encargado de hacer un análisis exhaustivo de todos los elementos que han ido apareciendo en la serie. En este sentido, ninguna de las aportaciones que Ariel o yo realizaremos en el artículo son especialmente innovadoras. Bien, ¿qué sabemos hasta este momento de los créditos finales de Ahsoka? De entrada, que plantean un recorrido determinado por la galaxia de Star Wars. Y que, gracias al tercer planeta que aparece en pantalla, Lothal, el usuario de Reddit u/Ajneb97 ha logrado descifrar una parte sustancial del abecedario ur-Kittât. Aquí la tenéis:

Lo primero que podríamos decir de este recorrido es que parece reflejar los puntos geográficos que fueron de vital interés para los personajes principales de la serie en algún punto de su vida. Tenemos Arcana y Dathomir, fundamentales para Morgan Elsbeth, bruja de la noche, y Sabine Wren, lugar en el que se apropia del sable oscuro en «Rebels». Tenemos el ya mencionado Lothal, sí, pero también Garel, Mandalore y Yavin. De este camino, pero, en realidad solo nos interesan dos cosas. La primera es el recorrido aproximado que sigue la cámara, que Ariel ha dibujado (de forma aproximada) tal como sigue:

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Y lo segundo, este frame de aquí:

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¿Qué es esto? Pues el último sistema que visitamos antes de «salir de la galaxia». Es, sin lugar a dudas, Seatos, el planeta en el que se emplaza el Ojo de Sion, de bosques de hoja rojiza. El lugar en que se emplazan los pilares que sirven para «amplificar» el mapa contenido en el orbe. Un punto clave en el desplazamiento desde la Galaxia hasta la «otra» galaxia, en que se ubicaría Peridea. De este planeta, más allá de su aspecto tétrico, sabemos más bien poco. Parece que una colonia de purrgils mora por sus cielos, y sabemos que quizá sea el último punto de salto en su migración hacia Peridea. Estas dos cuestiones serán fundamentales. Antes de volver al frame que acabamos de adjuntar, es preciso hablar de «Peridea».

Peridea, de entrada, son dos cosas. La primera, una palabra real. La Peridea anceps es una subespecie de polilla (una especialmente común) que habita en el sur de Europa y el norte de África. Sus larvas se suelen encontrar (y ojo a este dato) en los robles. Los robles, como veremos luego, son de especial interés para la mitología germánica. Además de esto, la palabra «peridea» resulta de la fusión de dos palabras del griego antiguo: «peri» (περι), que significa «alrededor», y «dea», forma latinizada de «Theos» (θεός), que significa «dios» o «deidad». Así pues, «Peridea» viene a ser «alrededor de Dios». ¿Estamos diciendo que el planeta Peridea orbite alrededor de una especie de dios? No, en absoluto. No en un sentido literal. Como comprobaréis, la mayoría de las cuestiones que intentamos desgranar aquí están imbuidas de un sentido profundamente metafórico.

Hemos hablado del roble. La polilla Peridea anceps, o su larva, se alimenta en los robles. Bien, aunque el Yggdrasil de la mitología nórdica (no desesperéis, en breves veréis por qué estamos hablando de esto) es un fresno, y no un roble, el roble fue un lugar de adoración para los pueblos germánicos paganos. Quizá el ejemplo más claro sea el Roble de Thor, el Donareiche. Para no perdernos en los nombres, hemos de entender que la relación de la mitología nórdica con la germánica es casi tan estrecha como la de la romana con la griega, por más que las grandes sagas nórdicas sean, a grandes rasgos, «tardías» (posteriores al año cero de nuestro calendario). Así, despejaremos también dos nombres que usaremos de forma indistinta en el artículo: Donar es Thor. La palabra Þunraz, posiblemente, se originó en el hipotético protogermánico, muerto desde el siglo II a.C. Luego, seguramente, pasó a ser Donar en el alto alemán antiguo y þunraR en el protonórdico. Para el siglo VIII, la palabra pasó a ser Þórr en el nórdico antiguo. Thor. Así, volviendo al roble, Donareiche significa, literalmente, «Roble de Tor» en alemán. Del mismo modo que en la tradición griega, en la que el roble era un árbol sagrado asociado a Zeus, el dios del trueno, el roble era, para los germánicos, un árbol sagrado profundamente vinculado a Thor. El roble simbolizaba, como si fuera una especie de «esquirla» del Yggdrasil, la longevidad y la verdad. Dice la leyenda que el Donareiche fue talado por Winfrid, bautizado San Bonifacio. Fue así que, al no haber ninguna respuesta de Thor, y al haber derribado el árbol de un solo hachazo, ayudado por Dios, los hessianos, descendientes de los catos, accedieron a convertirse al cristianismo.

Tenemos pues un planeta llamado «alrededor de dios» que comparte nombre con una polilla cuya larva se desarrolla en un árbol sagrado para la religión germánica por su asociación con Donar, el más famoso de los cuales fue talado por un misionero cristiano a razón de la pasividad de Thor.

Aclarado esto, volvamos a Seatos, la frontera final galáctica, y los tres astros que aparecen representados en los créditos de «Ahsoka». El primero, una luna creciente sin nombre. El segundo, otra luna creciente «coronada» llamada «Odyn». El último, otro orbe «coronado» llamado «Sunna». Aquí empezamos.

El lobo que se tragó el Sol

Lo primero que hemos de establecer es que Odín (Wotan en germánico), es un dios con muchos atributos. Es el dios de la sabiduría, de la muerte y de la guerra. Nada de esto es relevante. Al menos por el momento. Odín es perseguido por el lobo Fenrir que, durante el Ragnarök, el fin del mundo, acabará con él. Fenrir también persigue a Sunna (en germánico antiguo) o Sól (en nórdico antiguo) en función del relato, aunque quien la suele perseguir es Sköll, otro lobo que, a su vez, es hijo de Fenrir. La luna sin nombre y sin corona, siguiendo esta analogía, bien podría ser Máni (en germánico antiguo) o Luna (en nórdico antiguo), hermano de Sunna al que perseguía un tercer lobo, Hati, también hijo de Fenrir. La relación que podemos hacer es absolutamente clara:

  • Odín ⇒ Fenrir
  • Sunna ⇒ Sköll
  • Máni ⇒ Hati

Más todavía, siguiendo con esta analogía, podemos decir que Máni sigue a Sunna, siendo el «hermano pequeño». Al fin y al cabo, la Luna brilla porque refleja la luz del Sol. Cabe destacar que cada vez que Hati se acerca a su presa, Máni, se produce un eclipse.

Shin Hati, Star Wars: Ahsoka

Establecido lo anterior, la cosa quedaría así:

  • Odyn [?] ⇒ [Fenrir?] [?]
  • Sunna [Ahsoka Tano] ⇒ Sköll [Baylan Skoll]
  • Máni [Sabine Wren] ⇒ Hati [Shin Hati]

No sabemos qué o quién es o será Odín, o qué o quién será Fenrir. Lo que sí sabemos es que en la proyección holográfica del mapa en Seatos, en el minuto 13 del segundo episodio de la serie, aparece un «accidente geográfico» llamado «Velo de Odyn [][][][]». Los cuatro corchetes se corresponden con una parte del nombre que, por el ruido visual, hemos sido incapaces de descifrar. O al menos eso pensamos. Como podréis comprobar, la «f» no figura en la desencriptación del alfabeto ur-Kittât. Por la disposición de caracteres, es lo único que podría tener sentido «Veil o[] Odyn». Todo ello apunta que lo que quiera que venga a simbolizar «Odyn» será importante, y que, en cierto modo, se corresponderá con el Odín de nuestro mundo.

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En cualquier caso, la analogía entre Skoll y Sköll es más que clara, del mismo modo que la de sus reversos narrativos, Ahsoka y Sunna. En el caso de Ahsoka, la analogía es todavía más explícita si recordamos que, tal y como ocurrió en el arco de Mortis en «The Clone Wars», tras la muerte de la Hija, avatar del lado luminoso de la fuerza, Morai, el convor que la seguía a todas partes, quedó de alguna forma vinculado a Ahsoka. Por otro lado, el animal asociado al hijo, representante del lado oscuro, no era otro que el de un murciélago.

Mural Mortis, Star Wars: Rebels

Por su lado, Máni y Hati son Sabine y Hati, respectivamente. Ello no significa (o eso pensamos) que ambas estén más cerca del lado oscuro. No consideramos que la Luna aquí signifique algo así como «oscuridad». Al fin y al cabo, como ya hemos dicho, la Luna «brilla», por más que sea porque refleja la luz del Sol. Esta metáfora, o así creemos, representaría el crecimiento a través del aprendizaje, y la vinculación de Sabine y Hati con Ahsoka y Skoll, respectivamente.

A partir de aquí entramos en terreno especulativo en base a los spoilers. Sabemos gracias a la traducción de Ariel que el Mundo entre mundos jugará un papel crucial en la trama. Gracias a él Ahsoka accedería a varios momentos de sus «yo paralelos» y comprobaría que, indistintamente del cauce de acción concreto, su destino, sus acciones, estaban atadas a un final concreto. En lo esencial, nada habría cambiado, pues su destino, y el de los Skywalkers, ya está escrito. Sabemos también que el acceso al Mundo entre mundos se dará, muy probablemente, a través del templo de Lothal que el ya difunto Palpatine hizo trasladar a bordo del Quimera, la nave insignia de Thrawn, en la temporada final de «Rebels». Recordemos que Ezra Bridger solo sella la entrada, y no destruye el templo, y que el Quimera se encuentra en Peridea, ya que fue arrastrado por los purrgils en el clímax de la batalla de Lothal.

Ezra y el Emperador, Star Wars: Rebels

Una de las teorías que más fuerza ha cobrado estos días en Internet es aquella que dice que Baylan Skoll y su padawan, Shin Hati, estarían buscando, en realidad, una forma de restaurar la Orden Jedi. En contraposición al arco narrativo de Ahsoka, que se fundamentaría en «dejar ir el pasado del todo», el de su antagonista, Skoll, el lobo que caza al Sol, consistiría en lo opuesto: en «no dejar ir», en «perseguir hasta el final». Recordemos que, en la mitología nórdica, del mismo modo que Fenrir abate a Odín durante el Ragnarök, Sköll y Hati dan caza a Máni y Sunna durante el mismo evento. Para lograr este fin, Skoll habría abandonado cualquier tipo de principio, y su objetivo último sería el de entrar al Mundo entre mundos para evitar, de una u otra forma, la caída de la orden. Algo que vendría a estar ratificado por el centro de su cinturón, algo que, a nuestro parecer, no es otra cosa que el cristal kyber de su sable de luz verde «atado» con un alambre. Recordemos también la frase de Skoll cuando Morgan Elsbeth le encomienda acabar con Ahsoka y Sabine: «Es una lástima, quedan muy pocos jedi».

Cinturón de Baylan Skoll, Star Wars: Ahsoka

Más allá, el nuevo mundo

El Ojo de Sion, Star Wars: Ahsoka

Para llegar a Peridea, Elsbeth está construyendo un aparato cuya función no conocemos exactamente. Ariel piensa que se trata de una especie de aparato que, de alguna forma, atraerá al Quimera de vuelta a la galaxia. Yo pienso que es un anillo hiperimpulsor de proporciones bíblicas. Nada de esto es relevante ahora mismo. Sabemos que el aparato replicará aquello que los purrgils hacen sin dificultad: llegar a la «otra galaxia». ¿Y su nombre? «El anillo de Sion». Todo el mundo ha pensado, de forma inmediata, que por «Sion» Filoni y compañía estarían haciendo referencia a Darth Sion, uno de los villanos del videojuego «Knights of the Old Republic II» que, para más inri, tiene un ojo, el derecho, en muy mal estado. Nosotros pensamos que no. El «ojo de Sion» haría referencia, en realidad, a la Sión hebrea, Jerusalén, la Tierra Prometida no solo en un sentido material, sino en uno metafísico. Sión es el reino de Dios, pero también el más allá. Y «avistar» o «ver» Sión es, en términos históricos, una expresión empleada sistemáticamente por los sionistas (de ahí, evidentemente, el nombre de esta corriente política). Empecemos por citar el «Hativka», el himno nacional de Israel:

«Mientras en lo profundo del corazón
palpite un alma judía,
y dirigiéndose hacia el Oriente
un ojo aviste a Sion (..)»

Y sigamos con una estampa propagandística de Ephraim Moses Lilien del año 1902, que dice «Y nuestros ojos verán con piedad tu retorno a Sion». 

A decir verdad, «poner ojos sobre Sión» no es algo empleado (al menos hasta donde alcanza nuestro conocimiento) por el judaísmo, siendo una especie de moto recurrente, como hemos dicho antes, de los sectores sionistas de principios de siglo XX, empeñados en «retomar» la Tierra Prometida. Lo que sí es Sión para el judaísmo, en su sentido metafísico, es la «liberación». De hecho, el concepto del «paraíso» en su vertiente escatológica, está profundamente relacionada con la frase «olam ha-ba» (עולם הבא). El «olam ha-ba» no es mencionado directamente en el Tanakh, la Biblia judía, pero significa «el mundo que ha de venir». A propósito de esto, también en el segundo episodio se produce la siguiente conversación:

SHIN HATI: ¿Qué pasará cuando demos con Thrawn?
BAYLAN SKOLL: Para unos, la guerra; para otros, un nuevo comienzo.
SHIN HATI: ¿Y para nosotros?
BAYLAN SKOLL: Poder. Más del que nunca hayas soñado.

Este es el sentido de «el Ojo de Sion», el de atisbar el «nuevo mundo».

El Ojo de Sion (interior), Star Wars: Ahsoka

La cacería

Ahsoka y Sabine, Baylan y Shin, todos ellos están envueltos en una cacería. Entraría en juego un quinto personaje, directamente vinculado a Skoll y Hati, pero «vasallo» de la bruja, Morgan Elsbeth. Hablamos de Marrok, el Inquisidor. Las teorías son múltiples: desde uno de los no-muertos que compondrían el ejército de Thrawn hasta el nuevo Luuke Skywalker, clon de Luke que aparecía en la trilogía de la Nueva República de Timothy Zahn en Legends. La primera versión podría encajar, la segunda, en opinión de Ariel (que suscribo totalmente) es del todo inverosímil por el factor narrativo: sin Mara Jade, cuya misión es matar a Luke, el clon carece de razón de ser. Además, se trata de uno de los elementos narrativos más… «cuestionables» (y estamos siendo generosos empleando esta palabra) de la trilogía. Pero Marrok, al igual que Elsbeth, guarda una profunda relación con la «Materia de Bretaña» o el ciclo de leyendas artúricas, sobre el que, siendo totalmente honestos, nuestros conocimientos son extremadamente limitados. Por ende, instamos a cualquier lector que tenga conocimiento sobre la cuestión a dejar su aportación en los comentarios 😛

Bien, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, la bruja Morgana y el caballero Marrok o Melion no guardan vinculación alguna. Es posible que el nombre de «Morgan» fuera una pista que Filoni dejara durante la segunda temporada de «el Mandaloriano» para indicar que se trata de una Hermana de la Noche. «Sorpresa» que, por otro lado, Maria Sandoval, del equipo de maquillaje de la serie, ya filtró en un eliminado post en su Instagram del año 2020.

Morgan contra Ahsoka, Star Wars: The Mandalorian

Marrok es otro cantar. Para no alargarnos, el resumen de la historia de Sir Marrok (o Melion) sería el siguiente:

Sir Marrok, uno de los caballeros a la orden del rey Arturo, promete servirle hasta que encuentre a una mujer que no haya amado a nadie más que a él (Marrok, no arturo). Una promesa que, en la práctica, conlleva la castidad. Hablamos de un relato de finales del siglo XII, aproximadamente, momento en que en las cortes feudales europeas predomina el «amor cortés» y, a ojos de una parte de la nobleza, la infidelidad. Sin embargo, durante una cacería, Marrok se enamora de la hija del rey de Irlanda, que le promete no haber amado a nadie más que a él. Queremos recordar también que en este momento histórico «amar» es un término relativamente amplio y restrictivo socialmente hablando. Tanto es «amar» el enamoramiento como la atracción sexual, por poner dos ejemplos. Sigamos. Sir Marrok contrae matrimonio con la hija del rey de Irlanda y, tras tres años casados, vuelven a ir de cacería. Ella, él, y su escudero. Durante la cacería aparece un venado majestuoso que logra darles esquinazo de forma constante. Su mujer, aparentemente hastiada, le dice al caballero que morirá si no logra comer la carne del venado. Sir Marrok, absolutamente preocupado por su esposa, acepta desnudarse y besar su anillo, convirtiéndose así en un lobo y dando caza al venado. Pero, para cuando vuelve, su mujer se ha ido con su escudero, embarcándose de vuelta a Irlanda. Marrok, convertido en lobo y perdida la capacidad del habla, hace lo propio. Pero para cuando llega a Irlanda es cazado por el populacho, que solo ve a un lobo de dimensiones colosales. Es así que Marrok reúne una manada de diez lobos más y empiezan a hostigar las tierras del rey de Irlanda hasta que, un buen día, el rey Arturo y el resto de sus caballeros llegan a esas tierras. Marrok se les acerca y, sorprendidos por la docilidad del lobo, lo llevan con ellos a la corte del rey irlandés. Una vez allí, Marrok, al ver al escudero, lo ataca. Antes de que puedan acabar con él, Arturo y sus caballeros interceden en su favor, sorprendidos por la virulencia repentina del animal. Es así que comprenden que la hija del rey ha encantado a su caballero que, una vez devuelto a su forma humana, abandona el castillo junto con su rey.

Dama de Shalott

Aquí entran en juego tres cuestiones. La primera, que Baylan Skoll posee un anillo. Pensamos, sin ninguna prueba pero sin ninguna duda, que esto guarda relación con el relato.

Luego tenemos, de nuevo, un lobo. Sir Marrok o Melios, además, podría ser la anglificación de otro personaje mucho más preeminente en las historias del ciclo artúrico, sir Meliant, cuyo blasón es un lobo sobre un fondo de gules. Y, por último, la importancia de Marrok como personaje no nos parece fundamental. No tanto así ocurre con el concepto de la caza o la cacería. En la narrativa medieval, la caza es una metáfora del cambio. Es durante las cacerías que los personajes se zambullen en el cambio y desencadenan una serie de acontecimientos que hacen variar y trastabillar su mundo. En este sentido, Ahsoka, Sabine, Skoll y Hati están imbuidos, todos ellos, en una enorme cacería. Entre sí, unas veces son cazadores, otros cazados. Para sí, todos ellos corren, inexorables, detrás de sus propios destinos. En sí, todos ellos, «lobos», persiguen a su presa. Ezra, Thrawn o lo que quiera que busquen realmente. Y es aquí que, en cierto modo, se pierden, de una u otra forma. Pero, al final, su historia está escrita.

El destino inevitable

Con esto concluimos este artículo. De ser ciertas las filtraciones, el mensaje narrativo de la serie sería algo así como un estoicismo condicionado. Ahsoka, Sabine, Baylan y Shin: todos ellos deben dejar ir pero, a su vez, hacer. Por más que el destino esté escrito. Por más que los errores de un pasado, un presente y un futuro que, en el Mundo entre mundos, se dan a la vez, no puedan ser enmendados. Quizá por esta razón el orbe que contiene el mapa, así como el templo de Arcana, están plagados de triquetras, símbolos de origen indoeuropeos asimilados por celtas y germánicos.

La triquetra céltica, empleada por los druidas varones con tal de mantener el absoluto equilibrio, representaba la parte considerada «femenina» del universo. La vida, la muerte y la reencarnación. El ciclo de la vida. La triquetra fue adoptada por los cristianos para crear el Scutum Fidei, representación gráfica de la Santísima Trinidad entre Dios, en el centro, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En un plano filosófico, el nudo representa cuerpo, mente y alma. Y también la unidad, la eternidad y la igualdad metafísica de los elementos que la componen. La triquetra es, en suma, el principio y el comienzo. Lo es todo y es la nada. Es, podríamos decir, «el destino». Y es la triquetra del orbe, símbolo de la perfección, la que contiene el destino de ambos maestros y sus respectivas aprendices.

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