Sobre rebeldes y alienígenas

La Alianza para Restaurar la República, comúnmente conocida como Alianza Rebelde, se define a sí misma en su documento fundacional como un movimiento de resistencia que centra su lucha en los siguientes ejes:

Para luchar y oponernos a usted y a sus fuerzas con todos los medios a nuestra disposición;
para rechazar cualquier ley imperial contraria a los derechos de los seres libres;
para provocar su destrucción y la destrucción del Imperio Galáctico;
para liberar para siempre a todos los seres de la galaxia.  

La Declaración de Rebelión

Así pues, la Alianza Rebelde se erige como el contrapunto político al Imperio: una organización que lucha por restaurar la paz, la justicia, la igualdad y la democracia en la galaxia. Estos cuatro pilares de la rebelión serán un tropo recurrente a lo largo de todas las historias de la saga, un dilema moral que se plantearán varios de los personajes que formen parte de ella en momentos clave de la trama. El cómo sean resueltos estos problemas afianzará o destruirá por completo la posición de un personaje en la Alianza, puesto que si por algo destaca esta facción es por ser la facción más blanca de todas (moralmente hablando, claro). Nunca habrá un rebelde que crea que el fin justifique los medios, nunca habrá un bombardeo intencionado a una población civil para destruir un objetivo imperial de alto calado. No, esa forma de actuar tan poco decorosa queda relegada a otras facciones, como los Partisanos de Saw Guerrera o el Frente Cobalto. Desde el Story Group quieren que la Alianza permanezca inmaculada e intachable. Incluso cuando se le ha querido dar a la misma un tono más sombrío, los resultados han terminado siendo, cuanto menos, poco convincentes (véase Rogue One). Es por ello que «suele impactar» (y lo pongo entrecomillado porque al público general lo que voy a relatar a continuación le suele pasar desapercibido) que en la Alianza Rebelde predominen los humanos sobre las demás especies de forma tan dispar.

Bien, la respuesta rápida y sencilla que explica este fenómeno es que, a nivel cinematográfico, es mucho más barato y fácil introducir personajes humanos; y a nivel narrativo, mucho más lógico, puesto que el consumidor empatiza con los personajes que más se parecen a él. Pero el universo de Star Wars es tan vasto y abarca tantos temas que, bajo la opinión de un servidor, de una serie de sucesos detallados en algunas de sus historias, y un hecho que se debe a la mera logística, se puede extraer una realidad política, económica y social tan real como cualquiera que nos podamos imaginar. En consecuencia, se puede realizar una suerte de análisis histórico del suceso. Así que no os toméis lo que escribiré a continuación como la verdad absoluta (porque no lo es), sino más bien como una interpretación de un fenómeno que, en realidad, ni siquiera tengo muy claro que exista.

El leviatán

Esconded vuestro dinero debajo de vuestras almohadas y rezad para que el clan bancario se una a la alianza


La piedra angular que sustenta el poco protagonismo que tienen las especies no humanas durante la Guerra Civil Galáctica es su falta de poder real. Pero para hablar de la falta de poder de los alienígenas en la Guerra Civil nos hemos de remontar mucho tiempo atrás, a la época de la República Galáctica.

La República Galáctica es la heredera directa del gobierno conocido como la «Antigua República». La Antigua República es, por el momento, una figura muy difuminada en la continuidad actual. Aún así, la información que tenemos acerca de la misma nos permite arrojar un poco de luz sobre este tema. Coruscant fue la capital de la Antigua República desde su formación, y aunque existen discrepancias acerca de este tema, es muy probable que se trate de la cuna de la humanidad en la galaxia de Star Wars. Este factor es importante, dado que de la consolidación de este gobierno galáctico participaron principalmente dos especies: los ya mencionados humanos y, por supuesto, los duros. Esto tiene una repercusión sensible, ya que al tratarse estas dos especies de las principales impulsoras del desarrollo de esta primigenia república, también fueron las primeras en colonizar mundos a gran escala. Las consecuencias de esta colonización masiva son visibles en el material actual, especialmente a través de las variaciones biológicas de ambas especies, que no son más que el resultado directo de la adaptación a los nuevos mundos. Buena muestra de ello son los neimoidianos, que proceden directamente de los colonos duros que se asentaron en Neimoidia.

Pero volvamos a lo que nos interesa. La mayoría de mundos del Núcleo, de las Colonias y del Borde Interior fueron colonizados por humanos y, en menor medida, por duros. Así pues, la especie humana controla, desde un buen comienzo, la gran mayoría de los mundos cercanos al núcleo galáctico, zona que más tarde se convertiría en la más potente a nivel económico de la galaxia. Kuat, Arkanis, Coruscant, Alderaan, Anaxes, Corellia… todos estos mundos, importantes por sus astilleros, por sus sedes financieras o por sus enormes complejos militares, encajan perfectamente con este perfil. El desarrollo exacerbado de los planetas centrales se debe al modelo centralizado que la administración republicana mantuvo hasta sus últimos días y que, más tarde, el Imperio llevaría a su extremo. La centralización permitió un desarrollo mayor de los mundos pertenecientes a las regiones interiores de la galaxia. Desarrollo que se produjo a expensas de los recursos y el menor desarrollo de los mundos periféricos, especialmente de aquellos ubicados en el Borde Exterior. Es en este hecho donde encontramos una de las principales razones que causarían el estallido del conflicto más devastador de la historia de Star Wars: las Guerras Clon.

En los años previos al estallido de las Guerras Clon, muchos mundos pertenecientes a la República habían perdido toda su fe en ella. La corrupción afloraba en el seno del senado, y mientras que algunos mundos de la periferia prosperaban gracias a las intrigas palaciegas, como Eriadu, muchos otros sucumbían ante la piratería, las enfermedades, el hambre o la desconexión con el resto de la galaxia. Esta situación de crisis propició el alzamiento político de muchas grandes corporaciones, cuya intención era incidir políticamente en busca del propio beneficio. Si bien es cierto que algunas de estas corporaciones, como la Tecno Unión o el Gremio de Comercio, gozaban de gran prestigio y jugosas franquicias, su poder e influencia no eran comparables a los de las grandes empresas del núcleo, como Sistemas de Flota Sienar o Envíos Valorum. Es por ello que acciones como el Bloqueo de Naboo resultaron lógicas a ojos de la galaxia, por mucho que las verdaderas razones que las propiciaron fueran más oscuras. Así pues, la ambición de las corporaciones, la desafección política de la República hacia los mundos periféricos y la creciente ineficacia del gobierno republicano desembocaron en el alineamiento de todos estos planetas en lo que más tarde se denominaría «Confederación de Sistemas Independientes«. Como podréis imaginar, los mundos más maltratados por la República eran mundos periféricos, pertenecientes a planetas de los Bordes Medio o Exterior. Mundos principalmente habitados por alienígenas.

Las Guerras Clon

La misión, las pesadillas… al fin se han acabado.

El inicio de las Guerras Clon surgió de las tensiones acumuladas durante décadas. El bando separatista estaba compuesto principalmente por alienígenas y, aunque la República seguía cobijando bajo su ala a muchos no humanos, como los twi’lek o los mon calamari, los principales activos económicos y militares de la misma seguían siendo humanos.

Todos conocemos de sobra el desarrollo militar y político del conflicto, así que me lo ahorraré. En lo que sí voy a incidir es en un fenómeno que se empezó a dar en los estadios finales de la guerra, la llamada nacionalización. La nacionalización no es otra cosa que la integración total de las empresas y gobiernos afiliados con los separatistas a la administración republicana. Dicho en cristiano, el control directo de las corporaciones y gobiernos nacionalizados pasa a estar en manos de la República. El Clan Bancario Intergaláctico, las colmenas geonosianas y gran parte de los activos de la Tecno Unión fueron nacionalizados antes del final de la guerra.

Para cuando finalizó la contienda, casi todos los activos económicos y estructurales que antes habían pertenecido a los separatistas estaban ahora en manos del recién formado Imperio Galáctico. A la absorción de estas organizaciones en el sistema imperial se le unió una política de castigo absoluta para todas aquellos mundos que habían apoyado al bando perdedor. Así pues, los antiguos mundos separatistas quedaron relegados a un segundo plano, viéndose obligados a pagar cuantiosas indemnizaciones de guerra a la par que eran olvidados por la administración imperial. El resultado de la combinación de ambos factores fue claro: los antiguos mundos separatistas vivieron un hastío prolongado durante el reinado del Imperio. En esta situación, la recuperación económica era algo imposible de imaginar. Los gobernadores imperiales en estos planetas hacían y deshacían a su antojo, imponiendo una situación cercana a la esclavitud a los habitantes de estos mundos y, por supuesto, cediendo franquicias a grandes patentes en busca del beneficio personal. Las empresas que instalaron filiales en estos mundos no dudaron en explotar a la población y expoliar todos los recursos posibles, agravando aún más la desolación en estos planetas.

Pero no todos los mundos que sufrieron bajo el mandato imperial fueron perdedores de la guerra o amotinados. Todavía queda un tema más que tratar: el especismo imperial.

Diplomacia Imperial

Seguridad mediante la fuerza, orden mediante la obediencia.

El Imperio Galáctico es una clara reminiscencia de los totalitarismos del siglo XX de nuestro mundo. Como tal, basa gran parte de su planteamiento ideológico en la teoría fascista. Aunque en Legends esta característica era mucho más notable, es absolutamente correcto decir que el Imperio es especista, es decir, racista con las especies alienígenas. El Imperio busca la uniformidad en todos sus aspectos, así que escoge a la especie humana como plantilla de la perfección y discrimina a todas las demás. Si tenemos en cuenta que es la especie del Emperador, que se trata de la más poderosa al final de las Guerras Clon y que la población humana ha desarrollado un cierto especismo (y fobia a los droides) tras la guerra, esta maniobra es perfectamente lógica. El especismo imperial permite dar a la población humana, la mayoritaria, un enemigo eterno, siempre presente, favoreciendo así su unión y la atracción hacia las políticas imperiales. Por si esto fuera poco, esta mecánica racista da lugar a una suerte de lógica imperialista en la galaxia: los alienígenas son inferiores, así que si no se adaptan al progreso que proporciona el Imperio tendrán que enfrentarse a su archiconocido «destino manifiesto«, es decir, la exterminación total. Este es el destino de especies como los wookiees, condenados a la esclavitud, o los geonosianos, una especie que cumplió un cometido concreto y fue exterminada por completo.

Una nueva esperanza

Después de haber realizado este repaso general a la historia galáctica, ha llegado el momento de responder de una vez por todas a la pregunta que he formulado al principio del texto. Los fundadores de la Alianza Rebelde son representantes de mundos principalmente humanos. Mundos humanos que no están de acuerdo con las políticas imperiales o que han sido maltratados por la maquinaria logística del Imperio. Pero planetas que siguen teniendo un cierto poder. Alderaan es el culmen de la cultura en la galaxia, Taris es una potencia industrial, Chandrila es una potencia económica agraria y financiera. Los planetas que conforman la Alianza mantienen un escaño en el Senado Imperial, suficiente capital para financiar la maquinaria de guerra rebelde y una población relativamente intacta. La mayoría de planetas habitados por alienígenas no reúnen ninguna de estas condiciones, ya sea porque escogieron el bando equivocado durante la guerra, como Scipio; por sus recursos naturales, como Sullust; o por plantar cara al Imperio desde un primer momento, como Ryloth. Pocas son las especies que se puedan permitir formar parte de esta naciente rebelión y muchas serán las que tengan que esperar a los horrores de la guerra para ser liberadas. La historia galáctica conduce hasta este punto: uno en el que las especies alienígenas han perdido mucho poder en detrimento de la especie humana. Es por ello que, aunque sería lógico pensar que la lucha contra el Imperio estaría liderada por no humanos, los principales impulsores de la Alianza (especialmente durante sus etapas más tempranas), son humanos.

Tal vez sea una respuesta un tanto rebuscada, lo reconozco, pero me parecía interesante plantear este pseudoanálisis histórico de un universo ficticio. A veces está bien razonar sobre algunas cosas. Al fin y al cabo, esta respuesta me parece mucho más romántica que una falta de presupuesto para disfraces. O eso creo. Pero, ¿y vosotros? ¿Qué opináis acerca de todo esto? ¿Me he dejado algo? Estaré encantado de leeros por los comentarios.

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  1. Gran trabajo Zephan! No sé si tienes o no razón, pero el planteamiento que haces es perfectamente válido. Yo particularmente, veo al Imperio más como un absolutismo tipo Roma siglo I que como un fascismo del siglo XX. Roma mantuvo el Senado y los fascismos no, y su política imperial es, a mi parecer, más un sometimiento de todos los mundos a la capital del imperio que una cuestión de especies o racial, y al igual que en Roma, con provincias de primera y de segunda. En cualquier caso, la brevísima duración del Imperio Galáctico (solo 20 años) hace muy difícil su estudio como gobierno duradero y hacia dónde hubiera derivado con el paso del tiempo. No obstante, como digo, me parece que has hecho un análisis perfectamente válido y de difícil discusión.

    Felicidades y gracias a partes iguales!

    • El Imperio mantuvo el Senado durante sus primeros años, hasta que la Estrella de la Muerte se acabó de construir en el 0 ABY, cuando Palpatine lo disolvió.

  2. Exelente análisis. De la política de Starwars. Y en efecto muchas veces en los cómics se ve el desprecio imperial sobre los no humanos. Hasta con uno de sus grandes estrategas como lo fue el Almirante Trawn. Y si, el enfoque de la dictadura imperial se parece más al imperio Romano.

  3. Interesante este punto de vista Zephan!! Muy desapercibido como lo mencionas, y ni hablar con lo «poco» que conocemos de la política en tiempos de la Nueva República y La Primera Orden, ya que aunque en tiempos de «El Despertar de La Fuerza» sus respectivos lideres son «alienígenas», tal vez tratando de dar otro punto de vista a la galaxia.
    La historia es la misma sigue habiendo «Especismo» si quieres en menor manera pero no hay un cambio radical de fondo.
    Solo se demuestra que los lideres como imperfectos que son, no pueden dominar por si mismos a la galaxia.
    Yo me quedo con el enfoque: «Los buenos no lo son tanto y Los malos tampoco»
    Gran Articulo Saludos!!

  4. Zephan dentro de este universo tú opinión es de las que más respeto y con la que más coincido, sin embargo, aunque parezca repetitivo, coincido con lo que dicen los otros comentarios, el Imperio Galáctico no es fascista, es más como el romano o como alguno de los imperialismos del siglo XIX. Actualmente nos han enseñado a odiar a los fascismos y usamos el término indiscriminadamente para cualquier gobierno o persona que es racista y/u opresor, sin embargo las características básicas de estos gobiernos serían, en primer lugar, la existencia de un partido egemonico y totalitario; segundo el culto a la personalidad, al partido y a la nació; tercero, políticas nacional socialistas. La primera características, hasta donde sé, no existe en el Imperio Galáctico porque no hay un partido, simplemente todo está dirigido por Palpatine y sus allegados; la segunda estaría a medias ya que si hay un culto al imperio pero nuevamente no hay partido y hasta donde se, muchas personas dentro del imperio nunca han visto al emperador, nisiquiera en propaganda, cosa impensable en un fascismo donde el líder es casi una divinidad y su imagen es la imagen de la nación y el gobierno, la similitud sería que los gobiernos fascistas duran lo que sus líderes, ya que no tienen mecanismo de sucesión bien establecidos, justamente por ese culto al líder, el plan de contingencia es eso; la tercera, creo que nunca la hemos visto en ningún gobierno de star wars, las políticas internas de gobierno, me refiero a derechos, obligaciones y libertades que definen a sus ciudadanos. Lamento que esto pareciera una clase de fascismo (de hecho soy historiador y docente) pero me parecía importante argumentar. Saludos y un fuerte abrazo desde México

    • Por partes.
      El Imperio Galáctico se basa en el nazismo, confirmado por George Lucas. Muchos nombres coinciden (como Stormtrooper – Sturmtruppen). Ahora bien, he dicho fascismo, que no nacionalsocialismo. El fascismo italiano es bastante distinto al nacionalsindicalismo de Franco. Pero bueno.
      Primero, en Star Wars no hay partidos de ningún tipo. Lo más similar son las agrupaciones de senadores, como la Delegación de los 2.000; o los centristas y los populistas. Pero en el Imperio hay una organización que cumple la función: el COMPNOR, con su sub-división llamada «Coalición por el Progreso» y sus juventudes, el Grupo Sub-Adulto.
      Sí que existe un culto a Palpatine, pero de forma muy clara además. Todo el mundo sabe quién es su Emperador, y que no conozcan su aspecto actual es mera cuestión de propaganda. Pero sí, todo el mundo sabe que el Emperador es Palpatine y se le rinde culto en todas partes. La propaganda es como bastante abusiva en este aspecto XD
      Y sí, si que hay información sobre la política interna del Imperio, y a patadas. Los alienígenas tienen menos derechos, nulas subvenciones, para poder acceder a mejoras en la calidad de vida te has de afiliar de algún modo al Imperio, existe la conscripción obligatoria, hay reminiscencias de la autarquía italiana…
      Sep, el Imperio es fascista jajajajajaja.

      • Pues si Zephan, si Lucas lo dice, el sabrá en qué se inspiró, pero la puesta en escena de gorbenadores regionales con poder y autonomía casi ilimitados (en los fascismos todo está centralizado en una sola persona), la división del ejército en legiones, los grandes almirantes que recuerdan muchísimo a los pretores, en fin, que inspirándose en lo que se inspirara, le salió muy romano… jajajajaja
        Y que conste que no te quito la razón! Jajajajaja

  5. Como dicen por ahí, se parece más al Imperio Romano, por mucho que George Lucas diga que se inspiró en el fascismo (dudo que él sea un experto en dicha materia). Por otra parte, se conservó el Senado Imperial (algo que existió en la propia Roma) hasta la destrucción de la Primera Estrella de la Muerte, cuando por causas de guerra abierta se suspendió temporalmente la democracia (estoy seguro que habrían vuelto a abrir el Senado una vez concluida la guerra contra los rebeldes), algo que tiene mucho sentido teniendo en cuenta que muchos de estos senadores estaban financiando la Rebelión (además, la propia República Romana nombraba dictadores en tiempos de guerra, como Lucio Cornelio Sila que devolvió el poder al Senado voluntariamente). Por cierto, odio que haya dos Estrellas de la Muerte, realisticamente hablando no habría dado tiempo a construir la segunda, habría sido mucho más convincente que ese torpedo a una escotilla de ventilación simple y llanamente hubiese dañado gravemente la Estrella de la Muerte y que lo de Episodio 6 fuese la primera siendo reparada.

    Pero al grano, que no quería hablar de eso. Cuando salieron las Precuelas, me cambió bastante el panorama político post-Imperio. Me explico: lo primero de todo, tienes toda la razón del mundo cuando haces tu análisis sobre qué es lo que ocurrió con los separatistas, lo que no hace más que acentuar los problemas en los que yo vengo pensando desde hace bastante, y es que los rebeldes son… ingenuos, por decirlo lo más suavemente posible.

    No existe absolutamente ninguna razón por la que los ex-separatistas fuesen a apoyar una «Nueva República» que quiera traer de vuelta exactamente el mismo sistema contra el que se alzaron durante las Guerras Clon. Más aún, tras la experiencia imperial, deben de haber desarrollado un profundo odio contra los sistemas centrales e incluso contra los propios humanos.

    El caos generado por la Guerra Civil Galáctica (es decir, después de Episodio 6) habría sido tomado como la oportunidad perfecta para que los ex-separatistas resucitasen la antigua Confederación de Sistemas Independientes (aunque fuese con otro nombre), esta vez sin corporaciones y probablemente con bastante más mala leche y extremismo. Es decir, no habría sido la filosofía de la Confederación, sino algo mucho más radical.

    Una vez se hubiesen calmado las aguas y la Guerra Civil Galáctica hubiese llegado a su fin, la Alianza Rebelde se habría chocado de bruces contra unos retornados separatistas que no quieren tener nada que ver con una «Nueva República», y las probabilidades de otra guerra galáctica habrían sido muy altas, ya que los separatistas habrían querido mantenerse independientes. La única opción para evitar la secesión es que no se hubiese retornado al modelo republicano sino que se hubiese adoptado otro sistema, como por ejemplo una federación.

    Por otra parte, creo que la situación es muchísimo más complicada, no me creo que tras 20 años de Imperio Galáctico los ciudadanos lealistas vayan a aceptar sin más el retorno de la República. Muchos estaban descontentos con el sistema republicano y precisamente por eso había tanta gente que apoyaba el Imperio, esa gente no va a desaparecer sin más, y dudo que los rebeldes tengan el estómago como para ponerlos bajo dictadura, que es lo único que evitaría que se resistiesen.

    El resultado sería una Galaxia dividida, por un lado los leales al Imperio, que se habrían reorganizado en otro sistema distinto (más que nada porque ya no hay Sith y porque la cúpula militar se habría hecho con el poder), y por otro lado una tensa alianza entre rebeldes y separatistas que se mantiene en pie por esa guerra fría contra los leales al Imperio (el enemigo común). Por poner nombres, llamémos a los lealistas «Unión Galáctica» (aprox. 1/3 del antiguo Imperio) y a los rebeldes y separatistas «Federación Galáctica» (aprox. 2/3 del antiguo Imperio), y a eso añade ciertas facciones que se habrían mantenido independientes (especialmente el espacio Hutt, y quizás también los mandalorianos).

    Es por esto que la nueva trilogía me parece tan mala, porque carece del realismo que merece la situación política galáctica. Una Nueva República es, simple y llanamente, imposible.

    Y para acabar, imagínate ese tablero siendo volado por los aires por una invasión de los Yuuzhan Vong.

  6. Excelente análisis, no se si vayas a leer este comentario (han pasado dos meses) pero de ser así, quisiera plantearte dos preguntas:

    1.- Considerando nuevo material del canon actual, como la invasión de Mon Cala en el cómic de Vader: ¿Que tan importante crees que fue el rol de los Mon Calamari en la Alianza Rebelde (en sus distintos estadios: Formación, Yavin y Final del conflicto) y por que no tuvieron tanto protagonismo en las Guerras Clon?

    2.- Que tanto protagonismo tienen los alienígenas en la Nueva República (nueva trilogía) y cual es su relación de poder con los humanos republicanos?

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