Vivimos una época extraña. Mientras que los Estados Unidos han anunciado la creación de una fuerza militar espacial, India sigue con la titánica labor de proveer de baños (sí, retretes) al 35% restante de la población rural, continuando un proyecto que ha logrado cubrir, desde el 2014, a un 26% de la población del subcontinente asiático. África se está convirtiendo en la China de China y, en menos de 10 años, seremos testigos del inicio de la primera misión tripulada a Marte. Tiempos extraños, como decía. Sin embargo, una de las cosas que más me sorprende de este momento de nuestra historia, es la aparente falta de rumbo de Star Wars.
La saga está borracha. Va dando trombos y giros sin ningún tipo de sentido ni dirección aparente. Primero gira a la derecha. Luego, se da la vuelta y gira a la izquierda. Y luego se cae. Se vuelve a levantar, pero vuelve a caer. Mejor me dejo de florituras y voy directo al grano.
Narrativamente hablando, la saga está perfectamente encaminada. Cada producto se entrelaza con otro, y de este entrelazamiento se desprende la existencia de una trama mayor que cobrará importancia en un futuro. Buenos ejemplos de esto son los Grysk, con Thrawn Alliances, o Maul, en Solo: A Star Wars Story. Estas «tramas de tramas» constituyen elementos que acercan la lógica de la saga a la filosofía del universo Marvel. Filosofía que dota de una mayor cohesión a las diversas historias, a la vez que las dirige de forma simultánea a un punto en común. Así que no, esto no tiene que ver con la historia de la galaxia. Los bandazos de la saga surgen de la perspectiva empresarial.
Muy a mi pesar, porque me parece una excelente película de Star Wars, Solo: A Star Wars Story fracasó en taquilla. Un rápido vistazo a la Wikipedia nos permitirá observar que, mientras que la película costó 275 millones de dólares, “sólo” recaudó 392,6 millones. Han obtenido beneficios, sí, pero para que una película con un presupuesto de este calibre resulte rentable, debe, como mínimo, duplicar la inversión realizada. Echemos otro vistazo rápido, en esta ocasión, al valor de las acciones de Disney en el mercado de valores.
Como podréis observar, el 17 de mayo, día del estreno de Solo: A Star Wars Story, el valor de las acciones de la empresa bajó. Un bajón suave, pudiéramos decir. De 105,04 a 104,34 dólares. Una bajada de menos de un dólar. Pues bien, esa cantidad es una barbaridad. El valor de las acciones de Disney fluctúa con una gran intensidad, pero que una bajada de valor de cerca de un dólar esté causada por una sola película, de una de las decenas de franquicias que poseen, en un solo día es una monstruosidad. Más aún si tenemos en cuenta que, con The Last Jedi, la anterior entrega de la saga, el valor de las acciones se disparó en cerca de siete dólares (si tomamos como punto de partida la premiere del 8 de diciembre). Os estoy comentando todo esto porque, como pequeño dato curioso y carente de relevancia alguna, Disney recuperó su inversión inicial de 4.000 millones de dólares durante la Star Wars Celebration de Anaheim, celebrada en abril de 2015. Sí, 4.000 millones de dólares en cuatro días. ¿Que cómo la recuperó? Está claro que vendiendo llaveros, no. Recuperó esa cantidad gracias a la enorme cantidad de inversiones y el desproporcionado crecimiento del valor de sus acciones en bolsa, síntoma de una gran cantidad de compradores. ¿Qué pensabais? ¿Que esos 4.000 millones venían de la venta de souvenirs?
Os explico todo esto, porque es algo que realmente debéis comprender. Star Wars no va mal, pero tampoco va bien. No genera pérdidas, pero tampoco podríamos decir que, en el 2018, haya generado demasiados beneficios. No estamos hablando de la tienda de ultramarinos de la esquina, en la que las ganancias del propietario se puedan contar haciendo una simple resta. Estamos hablando de algo mucho más complejo. Para intentar tener una mínima idea del funcionamiento de Star Wars como producto, hay que tener en cuenta inversiones, el valor de acciones en bolsa, la recaudación, la inversión en publicidad, los acuerdos y patrocinios, las patentes e incluso el valor del dólar. Así que, sí, podemos decir que la saga se encuentra en un extraño limbo financiero. Y ésto, tiene claras consecuencias.
La Star Wars de Disney nos ha ofrecido muchísimas cosas, pero se nos prometen aún más. Aunque el futuro de la saga está envuelto en una espesa niebla. Tenemos el regreso de Star Wars: The Clone Wars, aclamado por el público, pero también la llegada de Star Wars: Resistance, serie a la que no se le espera un futuro halagüeño. En un horizonte todavía más lejano, y siguiendo con las series, tenemos el live-action de Favreau, que cuenta con el mastodóntico presupuesto de 100 millones de dólares. Star Wars: Battlefront II ha prometido parches regulares, empezando por el de este mes, en el que se incluirán las apariencias de los soldados clon. Aunque, por mucho que DICE intente enmendar sus errores, Battlefront II es poco más que un cadáver humeante.
Pero, a largo plazo, reina la incertidumbre. La saga de los Skywalker concluirá en el Episodio IX. ¿Qué vendrá después? Las malas lenguas hablan del posible despido de Rian Johnson, el arquitecto de la película de la saga que ha polarizado y enfrentado a los fans en una virtual guerra fratricida. Entonces, ¿cancelarán su trilogía? El nombre “Kenobi” está en boca de todos, pero no parece que haya nada sólido detrás de los rumores de una antología centrada en el maestro jedi, más aún si tenemos en cuenta el fracaso que supuso “Solo” y los rumores que dicen que, como consecuencia, podría haberse producido la cancelación de todos los “A Star Wars Story” que estuvieran en desarrollo.
Sabéis que desde esta página no somos partidarios de los rumores ni las filtraciones misteriosas. De hecho, tal y como podréis observar en este artículo que realicé hará algún tiempo, llevamos a cabo un minucioso análisis de la información antes de planteárosla. Sin embargo, como sentencia el refrán “cuando el río suena, agua lleva”, cuando más de veinte fuentes distintas te hablan de rumores tan concretos y relacionados entre ellos, es porque algo está ocurriendo. Y es que, para ponerle la guinda al pastel, los continuos géiseres de información que disparan la rumorología no brotan del foro del tío Pepe, sino que provienen de medios con tantísimo renombre (y, usualmente, bastante fiables) como son Entertainment Weekly o Variety.
Pero como no conoceremos la realidad del asunto hasta que tengamos información oficial, lo más sensato es no esparcir este tipo de rumores. No porque no puedan ser ciertos, sino porque somos gente sensata, y la gente sensata no difunde información dudosa como si fuera la palabra del mesías. Debemos tomarnos estas informaciones como lo que son: rumores. Aún así, esta avalancha de novedades es un indicador de que en Lucasfilm está ocurriendo algo. Nadie habla de un pogromo ni del ragnarok, pero está claro que los cambios están a la orden del día dentro de la empresa. Ahora solo falta esperar que estos cambios, de alguna forma u otra, nos beneficien a nosotros, los consumidores.
Pedazo de artículo Zephan!! Enhorabuena colega!!
En gran parte pienso lo mismo que tú, pero hay veces en la vida de una empresa, que esta tiene que decidir si buscar nuevos segmentos de mercado o contentar a los fans que ya tiene ganados, porque repito a veces, una cosa está enfrentada a la otra. Y cuando la empresa en un acto pueril e irresponsable, trata de abarcar ambas cosas sin darse cuenta que en el momento actual es imposible, suele terminar en colisión con muertos. No han sabido elegir y el resultado es que mucha gente se perdió Rogue One después de ver el Ep.VII, y Han Solo después de sufrir el Ep.VIII (entre los que me cuento). O eligen entre seguir la línea original y captar nuevos fans por el momento, o se van a estrellar pero de verdad, vamos que se va a oír el golpe en Coruscant.
Lo dicho, felicidades Zephan.
Soy otro de los que se perdió Solo, una pena, que por lo que dice Zephan es muy buena película. Aun que por otro lado creo que Disney se lo merecía. Solo rezo para que JJAbrams solucione todo esto en el episodio IX como ocurrió con la precuelas.