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La evolución de Kylo Ren hasta ‘Star Wars: Episodio IX’

A falta de unos cuantos meses para el estreno de ‘Star Wars: Episodio IX’, contamos y analizamos la evolución e historia de Kylo Ren en la saga galáctica.

Kylo, Kylo, Kylo… ¿Qué sabemos realmente sobre él? Llevamos dos películas de la actual trilogía de secuelas y, a la espera de lo que nos cuenten en ‘Star Wars: Episodio 9‘, Kylo Ren ha resultado ser el “gran villano” de la nueva historia, a diferencia de ese Líder Supremo Snoke que acabó siendo… Nadie.

Pero ¿qué sabemos verdaderamente sobre él, especialmente antes de convertirse en el líder que es ahora, tras ‘Los Últimos Jedi‘? «Sé de donde vienes, antes de que usaras el nombre de Kylo Ren», le dijo Lor San Tekka al villano en la arena de Jakku, al inicio de ‘El despertar de la Fuerza‘. Y es que antes de ser conocido (y temido) en la galaxia con este apodo, su nombre era Ben Solo y ésta fue su historia.

El nacimiento y la soledad de Ben Solo

Ben Solo nació justo un año después de la Batalla de Endor y la caída del Imperio Galáctico. Lo hizo en Chandrila, en la Ciudad Hanna, el mismo día que se firmó la Concordancia Galáctica entre la Nueva República y el extinto Imperio, y que ponía fin, de una vez por todas, la llamada Guerra Civil Galáctica. Ya en el vientre de su madre, Leia Organa era capaz de sentirlo gracias a la Fuerza. «Es como una franja viviente de luz que a veces se oscurecía y que a veces era atravesada por una veta de oscuridad», decía.

El nombre de Ben Solo, como os podéis imaginar, fue elegido por Leia Organa y Han Solo en honor al antiguo Maestro Jedi de Luke Skywalker, Obi-Wan Kenobi, quien usó el nombre de Ben Kenobi durante su exilio obligado en Tatooine tras la caída de la Orden Jedi y la ejecución de la Orden 66. Decían del bebé que había tardado tres días en salir del vientre de su madre y que lo había hecho con una larga mata de pelo negro y una dentadura completa. Nada de lo dicho fue confirmado, pues sólo se sabe de él que era un bebé fuerte y sano como sus padres.

Unos padres que no pusieron toda la carne en el asado a la hora de criarlo. Han Solo, contrabandista venido a héroe durante la Guerra Civil Galáctica, no es hombre de un solo lugar y pronto dejó atrás la paternidad para viajar por la galaxia, convertirse en una especie de promotor de carreras de naves y mecenas de jovencísimos y talentosos pilotos y volver, como vimos en ‘El despertar de la Fuerza‘, al mundo del contrabando y los bajos fondos. Leia, por su parte, dedicó su vida prácticamente a la política. La Nueva República se estaba desangrando por culpa de la corrupción interna y la separación entre Populistas y Centristas, mientras una nueva amenaza iba surgiendo lentamente más allá del Borde Exterior, en las Regiones Desconocidas.

Entrenamiento y caída

Y aquí es donde entra la figura de su tío, Luke Skywalker, quien tomó bajo su protección a su joven sobrino para enseñarle los caminos de la Fuerza. Y es que Ben Solo era muy sensible a la Fuerza, resultado de la sangre que corría por sus venas. El nieto de Darth Vader no supo, hasta avanzada edad, que era uno de los herederos del linaje del antiguo Lord Sith. Ni sus padres ni su tío quisieron revelarlo en sus primeras décadas de vida, pero la revelación pública por parte de los enemigos políticas de Leia de que ella era hija de Darth Vader y que, por tanto, Ben Solo era el nieto del Lord Sith, lo cambió todo.

Leia Organa reconoció pronto en su hijo las similitudes entre Ben Solo y Darth Vader. Temiendo que el camino elegido por Anakin Skywalker en el pasado lo llevara al Lado Oscuro de la Fuerza, Luke Skywalker se erigió como la figura más importante en la vida de este nuevo y joven aprendiz dentro de la restauración de la Nueva Orden Jedi que el hijo de Darth Vader había llevado a cabo. Pero esa “sensación de abandono paternal” que Ben Solo había experimentado durante su niñez y adolescencia hizo que el joven cayera en las garras de un extraño y poderoso individuo llamado Snoke, quien vio en Ben Solo al heredero de Darth Vader y quiso explotar todo su potencial.

Luke Skywalker percibió la oscuridad que habitaba dentro de su joven aprendiz y fue precisamente el Lado Oscuro de la Fuerza lo que llevó al Maestro Jedi al dormitorio de su sobrino para acabar con ese desequilibrio. Pero el error de Luke, quien pronto constató lo que estaba sucediendo, fue imposible de remediar: Ben Solo, asustado y traicionado, cargó contra su Maestro y asesinó a toda la Orden Jedi, para acabar en manos de Snoke, la Primera Orden y el Lado Oscuro de la Fuerza. En esa habitación, Luke Skywalker no acabó con Ben Solo pero sí desequilibró la balanza interior de su joven aprendiz para que acabara convirtiéndose en Kylo Ren.

Lo que hemos visto y lo que está por venir

Es entonces cuando llegamos a ‘El despertar de la Fuerza‘ y a ese poderoso Maestro de los Caballeros de Ren que debe lidiar con su pasado y acabar con la vida de su propio padre para demostrar la fortaleza que habita en su interior, clavar definitivamente la rodilla ante el Líder Supremo Snoke y bañarse en la oscuridad de una vez por todas. Pero el asesinato de Han Solo desequilibró a Kylo Ren, quien llegó a ser vencido por una chatarrera de Jakku que cogía un sable de luz por primera vez. El acto que llevó a cabo, matando a su padre, quebró su espíritu y destruyó cualquier tipo de fortaleza que el joven pretendiera lograr con ese parricidio. Al final, como le dijo su maestro, sólo era un niño cabreado con un casco.

En ‘Los Últimos Jedi‘, la evolución de Kylo Ren da un giro de 180 grados para mostrarnos a un personaje que ha tomado una decisión. Está cansado de Jedi y de Sith, del Lado Oscuro y del Lado Luminoso, de maestros y aprendices, de linajes, familias y sangre. «Que el pasado muera», clama. Con la ayuda de Rey, a quien traiciona posteriormente, Kylo Ren lleva a cabo su particular venganza contra todo y asesina a su maestro. La caída del Líder Supremo Snoke lo convierte en el nuevo líder de la Primera Orden y el artífice de la extinción definitiva de lo poco que queda de La Resistencia, encerrada en el planeta Crait a la espera de una ayuda que no tiene pinta de llegar.

El último enfrentamiento con ese pasado de Ben Solo es su duelo con Luke Skywalker. Ese niño rabioso, que culpa a sus padres y a su tío de lo sucedido, vuelve a hacer acto de presencia en las salinas de Crait. La necesidad de venganza, la rabia, el odio, la desesperación… Todo se agolpa en un personaje que en ese momento es más Ben Solo que Kylo Ren. Ese poderoso avatar de la Fuerza que ha sido capaz de deslizar silenciosamente el sable de luz contra su maestro queda atrás por última vez y aparece el niño, quien recibe su última lección y recoge del suelo los falsos dados de su padre.

En ‘Star Wars: Episodio 9‘, el personaje que nos vamos a encontrar ya no es tanto ese vaivén entre Ben Solo y Kylo Ren y sí un Kylo Ren decidido, liderando una organización que se ha hecho con el poder de la galaxia y habiéndose enfrentado aquello que ha convertido su destino en una tragedia. Es el momento de dejar atrás todo. Que el pasado muera de verdad. Que la sangre que corre por sus venas no sea una mochila, un legado que seguir y que honrar constantemente. Darth Vader fue Darth Vader. Ben Solo no tiene que acabar lo que el antiguo Lord Sith empezó. Ben Solo ya no es Ben Solo. Ben Solo nunca fue Kylo Ren. Kylo Ren es… Simplemente, Kylo Ren. Ahora y hasta el fin de sus días.

 

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  1. Lo que es Kylo Ren, y lo será hasta el fin de sus días, es un Vader de marca blanca. Si su abuelo levantara la cabeza lo iba a espabilar de dos collejas, sin necesidad de usar ni la fuerza ni el sable láser.
    Vaya tela!

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